Los usuarios pueden identificar la calidad del agua beben en una fuente de agua en un centro de trabajo o en un espacio de uso colectivo tanto por la marca, como por la vistosidad de la etiqueta o incluso el diseño del recipiente que contiene el agua o el diseño de la máquina.
Quizá otros consumidores se fíen más de la publicidad que ofrece una marca de agua, o bien otros optan por leer con detenimiento la información que aparece en la etiqueta, con el fin de evaluar las propiedades físicas y químicas del agua que van a beber.
En cualquier caso, para que el consumidor se haga una idea lo más exacta posible sobre la calidad del agua que va a consumir, siempre es aconsejable tener en cuenta el análisis neutral de un organismo que emite cualificaciones de productos y servicios de todo tipo, un análisis relacionado precisamente con la calidad.
Se trata de las normas ISO, de las que existen multitud de clases, y que se emiten a partir de autenticaciones realizadas sobre la calidad de los procesos, las cualidades de la gestión o los cuidados de esos procesos productivos con respecto al medio ambiente. El agua con ISO de calidad, por ejemplo, es un agua de excelencia, dado que ha pasado por todos los controles y análisis de las citadas normas ISO.
Para elegir un agua de calidad para una fuente de agua corporativa, por ejemplo, es importante evaluar la ISO que la empresa de agua coloca en su etiqueta, y buscar referencias que resulten convincentes. Si se trata de un agua con certificado ISO , por lo tanto, seguro que será un agua de calidad