Las grandes empresas suelen invertir cantidades importantes de sus presupuestos generales con el fin de mejorar el bienestar sus empleados. Invierten en sus instalaciones, en algunos casos por ley y en otros por motu propio, en ventilación, en aires acondicionados, en mobiliario (para conseguir una mejor ergonomía) y gastan en iluminación para hacer más agradable las tareas del día a día para su fuerza laboral. Sin embargo, muchas de esas implementaciones obvian determinadas optimizaciones que conseguirían mejorar la salud de los trabajadores de una forma muy directa, como ocurre con el agua disponible en las oficinas. Las fuentes de agua para centros de trabajo que se ponen a disposición de los empleados con el fin de mantener su hidratación constituyen sin duda una forma sencilla y eficaz de mejorar la salud y el bienestar de la fuerza laboral. Se ha demostrado que ofrecer agua los trabajadores mejora sustancialmente su rendimiento, siempre que la fuente esté instalada cerca del lugar donde se desempeñan las tareas. El agua es salud, y resulta imprescindible para mantener su bienestar, ya que constituye el motor que alimenta el trabajo físico y la operatividad intelectual de los trabajadores. Los responsables de las empresas cada vez más conscientes de la función que desempeña agua en este sentido y de cómo el trabajador mejora su rendimiento cuando tien eagua a disposición, ya se trata a partir de fuentes de agua mineral, o de máquinas de agua conectadas a la red y purificadas por el sistema de ósmosis inversa.
