Se podría considerar como la mejor agua para consumir en la oficina como aquella que consiga cumplir con los siguientes tres postulados: que rinda más en el entorno de consumo elegido, que proporcione más beneficios a un coste limitado, y que facilite la hidratación de los trabajadores de la manera más sencilla posible, a la vez que ofrezca un agua de calidad. Así, la conocida como agua corporativa tiene dos fórmulas básicas disponibles. Por un lado, las fuentes de agua mineral de botellón, y por otro, las máquinas de agua conectadas a la red que cuentan con sistemas de depuración y con filtros de agua, que funcionan con sistemas de ósmosis inversa. La elección de un tipo u otro, sin embargo, debe realizarla cada usuario en función de sus necesidades concretas. Por ejemplo, si en la oficina se dispone agua de abasto público que no puede beberse, porque su calidad no es la recomendada, la solución pasa por purificar esta agua mediante el citado sistema de ósmosis inversa, conectando una fuente de agua a la red. En cambio, si su consumo es limitado o si no hay posibilidad de establecer una conexión al sistema de abasto, la mejor solución son las fuentes de agua de botellón, que ofrecen un mineral embotellada y servida directamente del manantial. En algunos modelos de estas fuentes con botellones, incluso se puede obtener agua fría o caliente, ideal para hacer tés, o incluso para preparar platos sencillos o sopas instantáneas, por ejemplo.