El agua es el elemento con el que se sustenta la vida, y muchas de las tendencias que marcan la sociedad dependen en gran medida de la disponibilidad para conseguirla. No es de extrañar que todas las civilizaciones hayan comenzado en zonas con acceso a este líquido vital.
No obstante, el agua potable es muy escasa. De hecho, se calcula que solo un 2 % del total del agua del planeta es apta para el consumo humano. Una razón más que notable por la que todos debemos apostar por el ahorro de agua.
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Según algunos cálculos, tan solo el 60 por ciento de la población mundial dispone de acceso a agua potable. Lo que hace que algunos territorios del planeta requieran de impulsos como los tratados internacionales que recogen el derecho a este bien, básico para el saneamiento y la dignidad de los seres humanos.
Además, en algunos territorios el agua se distribuye de forma irregular. Por ejemplo en las islas del Pacífico casi la mitad de los habitantes no tienen acceso a agua potable, y en el África subsahariana las cifras aumentan hasta el 64 % de la población. Los períodos de sequía prolongada causan graves crisis de abastecimiento.
Todo esto en el denominado primer mundo parece quedar un poco lejos, pero nos debe hacer ser conscientes de lo importante que es el ahorro de agua, tanto por solidaridad como para evitar que con el paso del tiempo podamos sufrir problemas similares de suministro.
Todos, desde el entorno doméstico hasta el industrial, podemos hacer cosas para lograr un importante ahorro de agua. Para ello hay listas de buenas prácticas que se repiten en muchos sitios, y que hoy queremos reunir en un decálogo fundamental.
En lugar de dejar correr el grifo mientras te lavas los dientes, es mucho mejor utilizar un vaso. También puedes llenar un poco el lavabo cuando te vayas a lavar la cara o las manos, o cuando te vayas a afeitar.
El ahorro que se logra con este sencillo gesto es de 12 litros por minuto.
En lugar de tirar cosas como si se tratase de un cubo de basura, pon uno al lado del inodoro y úsalo. Cada carga de agua supone entre 6 y 12 litros, dependiendo del depósito de la cisterna y de cómo esté ajustado.
Con un pequeño giro de unos grados se reduce el caudal sin que apenas lo notes. Y el ahorro de agua que logras es muy significativo.
Cuando un grifo o una ducha tiene una fuga, repáralo de inmediato. Si los cambias por sistemas monomando puedes reducir el consumo unos 170 litros al mes. Y si instalas aireadores o duchas de ahorro podrás ahorrar hasta la mitad del agua que gastas a diario.
Evita poner la lavadora o el lavavajillas a media carga, y usa siempre programas de consumo reducido. Además, ten en cuenta que si lavas a mano gastas un 40 % más de agua, por lo que los electrodomésticos son una mejor solución de ahorro.
Las horas más calurosas del día no son las mejores para regar. Mejor hazlo al amanecer o al caer la noche. Y procura usar sistemas de riego por goteo.
Con una cisterna de doble pulsador conseguirás un ahorro de agua cercano a la mitad de lo habitual.
Esta práctica es posiblemente una de las más arraigadas, ya que nos permite también ahorrar tiempo durante el baño. Cierra el grifo cuando te estés enjabonando. En total ahorrar unos 150 litros cada vez que te bañes.
Cuando detectes una pérdida de agua, tuya o de algún otro lugar, actúa deprisa y avisa a la compañía para que realicen las reparaciones necesarias.
Seguro que encuentras otras maneras de fomentar el ahorro de agua. Ponlas en práctica y anima a otros a que también lo hagan.
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