El ahorro energético es uno de los temas más recurrentes de los últimos tiempos. Tanto por el cuidado del planeta como por la salud de nuestro propio bolsillo, no dejamos de escuchar, ver y leer información acerca de lo importante que es llegar a un nivel óptimo.
¿Pero qué es realmente el ahorro energético? ¿Cómo se relaciona con la sostenibilidad? ¿Cuáles son los beneficios en campos tan importantes como el agua?
Qué es ahorro energético
También conocida como eficiencia energética, este concepto se basa en optimizar el consumo de energía en todos los ámbitos, tanto particular como de empresa. El objetivo es disminuir el uso de energía, sin que ello suponga un descenso de los resultados finales. Para ello se buscan métodos de optimización y desarrollo de fuentes alternativas.
La relación entre energía y sostenibilidad
La Comisión Europea se ha marcado como prioridad el ahorro energético, y emplaza sobre todo a las empresas a que apuesten por un modelo de Responsabilidad Social Corporativa que ayude a lograrlo.
El principio de eficiencia energética primero, reduciendo la demanda y por lo tanto el coste de las facturas, emisiones contaminantes e incluso las infraestructuras necesarias para generar energía, es un concepto que promueve la Comisión en toda la Unión Europea.
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Todas las industrias, sean del sector que sean, exigen cierta cantidad de energía. Por lo que es importante hacer un uso racional y sostenible. La idea es ser más eficientes, reducir los costes energéticos y el volumen de gases de efecto invernadero.
Ahorro energético al proporcionar agua potable
Lograr agua potable, que sea segura para el ser humano, tiene una alta necesidad de energía. De hecho, los organismos encargados de tratar y gestionar el agua son grandes consumidores de energía.
Esto no significa que se tenga que renunciar al ahorro energético, ya que existen medidas que permiten reducir el impacto, como mantener las instalaciones en buen estado, tener en cuenta el origen de las fuentes y reducir las pérdidas en los sistemas de producción. Estas buenas prácticas también suponen un interesante ahorro a nivel económico.
Beneficios de la eficiencia energética en sistemas de tratamiento de agua
Hay motivos de sobra para esforzarse por implementar sistemas de ahorro energético en el tratamiento de agua potable:
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Ahorro de dinero: Cuando se consigue reducir la energía necesaria, el consumo es menor y por tanto se ahorra, manteniendo el nivel de servicio y la calidad.
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Mayor vida útil de las instalaciones: Un sistema de buenas prácticas en materia de energía facilita la buena gestión y planificación, que a largo plazo supone una mejora del sistema y mayor sostenibilidad.
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Reducción del impacto ambiental: Un menor consumo significa menos gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera. Una menor huella de carbono hace que las ciudades sean vistas con buenos ojos, en especial en lo relacionado con la gestión del agua.
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Mejora de las relaciones con el usuario: Unido al punto anterior, informar a los usuarios acerca de los esfuerzos en materia de ahorro energético y los resultados obtenidos contribuyen a mejorar y animar a otros a trabajar en un menor impacto energético.