Claves de la productividad empresarial: en qué consiste y cómo se gestiona


A grandes rasgos, la productividad de una empresa puede definirse como la cantidad de artículos o servicios producidos en relación a los recursos utilizados. Basándonos en este concepto, el cálculo de la productividad es bastante sencillo, pues bastaría con dividir la productividad total entre el tiempo que se ha tardado en realizarla.

En realidad, esta forma de calcular la productividad, aunque puede tener valor como referencia, no deja de ser un dato relativo y parcial, puesto que no contempla la amplia gama de factores que influyen en la productividad: calidad del producto o servicio realizado, nivel de satisfacción del cliente, salarios y gastos corrientes o fijos, inversiones extraordinarias, etc.

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Factores que influyen en la productividad

Los factores que influyen en la productividad son numerosos y heterogéneos, lo que muchas veces conduce al error de no definirlos adecuadamente o dejar de contabilizar o tener en cuenta algunos de ellos a la hora de diseñar estrategias empresariales y marcar objetivos.

Una forma muy práctica y eficaz de identificar a todos los factores relacionados con la productividad de cualquier empresa es clasificarlos en cuatro grandes grupos:

1. Normativas y leyes gubernamentales

Las leyes y normativas de los distintos países pueden influir en la productividad de una empresa tanto en sentido positivo, a través de subvenciones, apoyos o medidas proteccionistas a un determinado sector, como de forma negativa: impuestos añadidos, trabas burocráticas o legislaciones que suponen gastos adicionales y una merma de la productividad.

2. Inversiones

Las inversiones tienen un efecto clave en la productividad de la empresa. Pueden afectar negativamente en el corto plazo porque el gasto inicial que comportan encarece el precio medio de las unidades de cada producto o servicio. Sin embargo, salvo por errores de planteamiento o cálculos mal realizados, las mejoras de las infraestructuras, materiales o las inversiones en formación y en la mejora del bienestar de los empleados casi siempre dan como resultado un aumento de la producción y rentabilidad de la empresa en el medio y largo plazo.

3. Investigación, desarrollo e innovación (I+D+I)

Los proyectos de investigación desarrollo e innovación son costosos y requieren un gran esfuerzo para arrancarlos y conseguir resultados. Sin embargo, a la larga son muy beneficiosos para la rentabilidad empresa, contribuyendo de diversas formas al incremento de la productividad:

  • Modificación y perfeccionamiento de nuevos equipos y/o procedimientos que permitan producir más rápidamente y con menos gastos en personal, infraestructuras y materiales.
  • Desarrollo de nuevos productos y de más calidad que satisfagan las nuevas necesidades de los clientes. 

 

 

4. Factor humano

El principal valor de una empresa y elemento clave en el logro de los mejores índices de productividad y rentabilidad es, sin duda, sus propios empleados. Por lo tanto, es vital cuidar, incentivar, fidelizar y formar adecuadamente a todos los profesionales de la empresa para conseguir productos y servicios de calidad, así como la excelencia en la atención al cliente.

Cómo gestionar la productividad

El control y gestión de la productividad es fundamental para que la empresa sea rentable y consiga colocarse en situación de ventaja frente al resto de compañías y organizaciones de su sector de actividad.

En la práctica, la única manera de garantizar la supervivencia de la empresa a lo largo del tiempo es alcanzar, mantener e, idealmente, progresar continuamente en sus niveles de productividad. Sin embargo, el porcentaje de empresas que realizan un análisis global e integral de la productividad y los costos es bastante bajo.

La gestión total de la productividad incluye el control de: los costos totales, la calidad y nivel de los productos y servicios y también el grado de satisfacción de los clientes. Se trata, por lo tanto, de un proceso completo que incluye actividades de planificación, medición, evaluación y mejora de la productividad.

Planificación 

Consiste en determinar los niveles de productividad a alcanzar. Como primer paso, es necesario calcular el estándar de productividad mínimo que se debe cumplir para alcanzar el nivel de competitividad exigido por el mercado. A partir de aquí se determinan los estándares necesarios en infraestructuras, requisitos técnicos y competencias de los profesionales de la empresa.

Medición

Es una fase crítica del proceso, por lo que debe efectuarse de las forma más objetiva posible, utilizando para ello una metodología muy clara y sistematizada y unos indicadores a ser posible de carácter cuantitativo y fáciles de medir y comparar.

Evaluación

Se trata de comparar los resultados que se van obteniendo frente a los objetivos planteados. En esta fase se debe calcular el valor de productividad obtenido en unos periodos determinados y compararlo con el estándar de la empresa, siguiendo esta fórmula:

Indice de Productividad (P) = Productividad Medida/Estandar de Productividad

Implantación de acciones

Por último, se deben ejecutar las acciones concretas para conseguir las metas trazadas. Se trata de mejoras encaminadas a lograr un incremento de los resultados de manera continua tanto el en corto, como en el medio y largo plazo.

Cómo mejorar la productividad

Existen muchos caminos para mejorar la productividad de la empresa: perfeccionar los circuitos de trabajo, mejorar la parte técnica, invertir en infraestructura, desarrollar e innovar o tratar de satisfacer al máximo las necesidades de los clientes.

Sin embargo, ninguna de las técnicas anteriormente citadas acabará siendo verdaderamente efectiva, sino se considera a los distintos profesionales y empleados que forman parte del equipo humano de la empresa como el activo más valioso con el que cuenta la organización.

La consecución de un buen ambiente laboral en un entorno seguro, donde cada trabajador se sienta suficientemente valorado y motivado, ha de constituir la piedra angular y principal punto de partida de cualquier empresa que pretenda obtener altos índices de productividad, rentabilidad y ventaja competitiva.

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