El consumo energético es una de las principales preocupaciones de particulares y empresas, sobre todo por lo que supone para el bolsillo. No obstante, hay motivos que van más allá, como el cuidado del medio ambiente. Echemos un vistazo a algunas prácticas recomendables a la hora de saber cómo ahorrar luz.
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Una parte importante de lo que se paga en la factura es la potencia que se tiene contratada. Cada nuevo tramo (1,15 Kw) son alrededor de 50 € al año. De modo que es muy importante tener un control de la potencia que hace falta.
Si la instalación eléctrica nunca ha saltado, aún teniendo un buen número de dispositivos conectados y funcionando a pleno rendimiento, puede que haya margen para reducir la potencia y pagar un poco menos.
Sobre todo en el mercado doméstico, la discriminación horaria es el mejor modo de ahorrar en luz para la mayoría de hogares. Es interesante si se consume al menos una tercera parte en las horas valle. Con esta tarificación se puede llegar a ahorrar hasta 80 € al año en electricidad sin esfuerzo.
Para saber cómo ahorrar luz eligiendo la tarifa y franja horaria adecuada, se pueden consultar herramientas como el comparador de tarifas de la OCU.
Cuando un aparato se apaga desde el mando a distancia y queda el clásico piloto rojo, se produce un consumo silencioso que es más costoso de lo que se piensa. Un consumidor medio puede llegar a pagar más de 50 € al año solo por tener sus aparatos en Stand By.
Este gasto supone un 10 % del total en un consumidor medio de 3500 KWh por año. De modo que es bastante interesante desenchufarlo todo como medida de ahorro de luz.
Mantener una temperatura de entre 19 y 21 grados es lo razonable. En un dormitorio, al caer la noche se puede aceptar que esté entre los 15 y los 17. Si se sube un grado más la temperatura, el consumo aumenta un 7 %. Por lo que tener 23 grados está aumentando la factura de la luz alrededor de 70 € al año.
Además, un mantenimiento adecuado de la caldera puede ahorrar un 15 por ciento de electricidad. Si se usan radiadores, hay que asegurarse de que nada los tape, ni el mobiliario ni la suciedad.
La etiqueta energética de los electrodomésticos no es un simple adorno. El ahorro en luz que se puede lograr eligiendo un A, A+ o A++ dependiendo de las posibilidades es muy significativo.
Además, es fundamental saber cómo ahorrar luz al utilizar cada equipo, por lo que se debe actuar con cabeza, aprovechando los programas de ahorro energético que incluyen, sobre todo los modelos más modernos. Al fin y al cabo, de nada servirá escoger los mejores y más modernos electrodomésticos, si después no se aprovecha su potencial para el ahorro en energía.
