Quizás la primera pregunta que nos vendría a la mente es: ¿qué es la productividad? La productividad se define como el resultado entre la cantidad de servicios y bienes producidos, y la cantidad de recursos y tiempo utilizados. O lo que es lo mismo: el rendimiento y la eficacia.
Este es el gran objetivo de las empresas: llegar al punto máximo de la productividad. No obstante, de cara a los empleados (el auténtico motor de trabajo), la productividad está inducida por tres aspectos clave: tiempo, métodos de trabajo y salario. Es inevitable que si una empresa está empezando no disponga de muchos recursos económicos, y tenga que recortar de aquí y de allá. Pero siempre, para recortar, hay que primero conocer de buena mano ciertos datos, y todos centrados en los resultados del puesto de trabajo.
Hay muchas fórmulas para saber la productividad, cada una según cómo se quiera enfocar, pero para las empresas la más neutral es esta: Productividad= Producción obtenida/ Cantidad de trabajo empleada (salarios)
Las dos formas de aumentar la productividad
Para aumentar la productividad existen dos caminos: 1) Aumentar el rendimiento de los trabajadores o bien ... 2) Reducir el trabajo y el salario sin afectar al resultado productivo. Esto es: introducir mejoras tecnológicas, mejoras en cuanto a la organización de la empresa, mejorar también la formación y la motivación de los empleados, etc. Sin embargo, esta segunda opción (la que sería la ideal) requiere un gasto extra de dinero por parte de la empresa. Un gesto que algunas no pueden permitirse, y con eso y la crisis, las empresas están optando por seguir la primera opción, lo cual supone un esfuerzo y desgaste físico y mental para los trabajadores, y no siempre eso es lo mejor. Como decimos, tratar de seguir la primera vía es un tanto peligroso, ya que no está asegurado que la productividad aumente, por mucho que nos empeñemos en querer motivar a los empleados a que trabajen más en el mismo tiempo. Entonces... ¿qué se puede hacer? Puesto que la primera opción no es muy deseable, y la segunda está demasiado fuera de nuestro alcance, lo perfecto sería intentar encontrar un equilibrio entre ambos extremos. Ten en cuenta que bajar los sueldos de los trabajadores de una forma injustificada (aunque tú como directivo veas claro que es necesario para hacer crecer la empresa) no sólo va a ser nefasto, sino que ellos no lo van a tolerar, y el rendimiento puede bajar en picado. Lo ideal sería invertir parte de los fondos de la empresa, si los tiene, e ir haciendo mejoras estratégicas. Que necesitas 3 tres cosas para mejorar la empresa, pero sólo puedes permitirte por el momento una: estudia cuál te conviene más. Haz un estudio a fondo con cash flow, gráficos y, si puedes, háblalo con los expertos. Puede que encuentres que si implantas primero la cosa 1, al cabo de unos meses te empiece a dar buenos resultados, y ya puedas pasar a introducir la cosa 2. Por otro lado, puede que te estés preguntando… ¿y cómo saber el rendimiento real de mis empleados? Hay varios métodos, dependiendo del trabajo a realizar. Cada vez más son las empresas que implantan en los ordenadores un sistema que permite registrar de forma rigurosa lo que hacen con ellos los trabajadores, así como cada web que abren, cada link al que clican, y cada minuto que están parados. Las posibilidades son muchas, todo variando, claro está, del tipo de empresa que sea, y a lo que se dedica. Y pararse a estudiar con determinación el plan estratégico a seguir, a la larga puede ser la mejor de las opciones. Post relacionados: