La temperatura en la oficina es uno de los temas más delicados que existen. Siempre hay alguien que se queja de frío o de calor, de resfriados o malestar general debido a ello.
Con el fin de acabar en parte con esta polémica, se decidió hace unos años regular la temperatura por ley. También como medida de ahorro energético. ¿Pero qué dicen los expertos acerca de la temperatura ideal que debe haber en una oficina?
Existen organismos como el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, o normativas como el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios, que marcan un intervalo de temperaturas, tanto en verano como en invierno.
La temperatura en la oficina en verano
Cuando hace más calor, la tendencia suele ser poner el aire acondicionado al máximo. Esto hace que los resfriados por cambios de temperatura sean frecuentes, lo cual no es para nada positivo.
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La temperatura en la oficina durante el verano debe oscilar entre 23 y 26 grados. En cualquier caso, no tiene que haber una diferencia de más de 10 grados respecto a la temperatura exterior. Es decir, que si en la calle hay 38 grados a la sombra, el límite estará en los 28. Esto además hará que se consuma menos electricidad.
Para aliviar el calor es importante mantener una buena hidratación. Por tanto, en lugar de bajar la temperatura unos grados, que no es realmente eficaz, lo mejor es disponer de una fuente de agua fría.
¿Cuál es la temperatura adecuada en invierno?
En épocas de frío, se produce un efecto contrario al que ocurre en verano. La calefacción se sube a un nivel extremo, con lo que a menudo se ve gente en manga corta trabajando en pleno diciembre. Y no es consecuencia del cambio climático, sino de una temperatura excesiva.
En invierno la temperatura en la oficina debe mantenerse entre los 19 y los 23 grados. Superar este nivel se traduce en un consumo de energía inútil, así como un espacio de trabajo poco confortable. El ambiente se reseca demasiado y puede haber un menor rendimiento debido a ello.
Es importante ajustar la calefacción, sea mediante bomba de calor o por otro sistema, para que la temperatura en la oficina sea la adecuada. Instalar termostatos ayuda a controlarlo todo mejor, reducir el consumo de energía y el impacto sobre el medio ambiente, que también es interesante.
Además, la ventilación es muy importante para renovar el aire. Todos los días deben abrirse las ventanas, al menos durante unos minutos.
Más que una cuestión de gustos
Tener una temperatura adecuada en la oficina es algo más que un criterio personal. Se trata de una medida de seguridad y salud en el trabajo, que se engloba dentro de un marco de confort laboral junto a la luz adecuada y la reducción de ruidos.
Trabajar con una temperatura inadecuada puede producir un aumento en las bajas laborales, que ningún centro de trabajo puede permitirse. Por tanto, la temperatura en la oficina debe estar dentro de los parámetros marcados como saludables, aunque siempre haya quien se queje de calor, o de frío.