Los surtidores de agua de las fuentes de agua de las oficinas lanzan agua cuando el usuario presiona los mecanismos de accionamiento del caudal, que funciona con una presión media de alrededor de seis bares. De entrada, resulta difícil determinar si se trata de una presión muy elevada o no.
Para averiguarlo hay que aclarar primero algunos conceptos y compararla con otras presiones.
Esta presión se mide bares, una unidad que estás relacionada con las atmósferas. La atmósfera de presión es una unidad concebida como la altura a la que llega el mercurio dentro de una columna en condiciones normales, es decir, en un día en que las condiciones atmosféricas son normales. La altura que alcanza el mercurio en este caso es de 76 centímetros, por lo que una atmósfera equivale a 760 milímetros de mercurio.
Así se establece que, por cada centímetro cuadrado de la base de la columna de mercurio, el peso resultante de ese material es de un kilo y, por lo tanto, en condiciones normales, un kilo de presión equivale a una atmósfera.
Aclarado este concepto, para determinar si la presión que soporta la máquina de agua a la hora de lanzar el chorro de agua es muy grande o muy pequeña, se puede comparar con la de una goma de coche, que se completa con una presión de unos dos kilos y la acción de un aparato análogo a los surtidores de agua, una hidrolimpiadora doméstica que, si es de tamaño medio, trabaja a 120 atmósferas de presión.
Por lo tanto, los surtidores de agua de seis bares de presión, trabajan a una presión baja que ya les permite emitir el chorro de agua necesario, una presión que está a medio camino entre la resistencia del aire que hay bajo la cubierta de una llanta y un sistema limpiador eficaz capaz de limpiar el barro de la llanta simplemente con la fuerza del agua.