Los dispensadores de agua son fuentes que proporcionan agua para beber y que, en los modelos más adaptados, disponen de sistemas de filtros para evitar que los usuarios consuman un agua contaminada o con olores y sabores no deseados .
El modelo de filtrado de agua más común y utilizado en la actualidad, debido a su gran eficacia, es el de la tecnología de la ósmosis inversa, que consiste en hacer pasar el caudal de agua a través de dos sistemas consecutivos de eliminación de residuos. Uno correspondiente a una membrana semipermeable y otro a un filtro de carbón activado.
Estos dispensadores de agua han de usarse sobre todo en zonas donde la calidad del agua es deficiente y donde, por lo tanto, su consumo directo, sin filtración ni limpieza, puede poner en peligro la salud y el bienestar de los consumidores.
En España hay claramente unas zonas donde las calidades del agua son menores que otras y, en consecuencia, donde los dispensadores de agua que funcionan con sistemas de ósmosis inversa son todavía más necesarios, por no decir, esenciales. Los puntos negros de la geografía española en este sentido son Andalucía, cualquiera de las islas baleares, Murcia, la Comunidad Valenciana y algunas zonas de Cataluña, especialmente el sur de esta comunidad.
Este sistema de ósmosis inversa de los dispensadores de agua elimina más del 90% de los sólidos contenidos y disueltos en el agua. Así, esta tecnología permite ingerir un agua sin sabores indeseados y con una mineralización adecuada, que no comprometa las condiciones de salud de los usuarios que beben esta agua filtrada de la red pública, a la que se conectan este tipo de fuentes de agua.