Concentrarse no es otra cosa que lograr enfocar tu atención en lo que realmente te interesa, obviando temporalmente todo lo demás y, por lo tanto, evitando distracciones que te aparten de tus objetivos. En este artículo encontrarás 10 ejercicios de concentración fáciles de aprender y poner en práctica que son de una alta efectividad. ¡Y consigue, al fin, la concentración que necesitas!
La capacidad de concentración
Las personas con una gran capacidad de concentración suelen ser las más exitosas en los estudios o el trabajo. Son capaces de aprovechar mejor un bien tan preciado como el tiempo.
Si eres capaz de concentrarte adecuadamente conseguirás hacer tu trabajo con más calidad y rapidez, disponiendo de un mayor número de horas para dedicárselas al ocio o tu familia. Dicho así parece fácil, pero lo cierto es que concentrarse adecuadamente es cada vez más complicado en un entorno donde las nuevas tecnologías (internet, las redes sociales, la sobreinformación... entre otros factores) suponen una fuente constante de distracciones.
Pero tenemos buenas noticias: hay algunos ejercicios de concentración muy sencillos que puedes llevar a cabo para optimizar tu tiempo y tus esfuerzos. Sigue leyendo...
10 ejercicios de concentración sencillos
1. Realizar una sola tarea a la vez
Es posiblemente el ejercicio más sencillo. En lugar de contestar un email mientras atiendes una llamada telefónica, debes acostumbrarte a enfocar tu atención en una tarea concreta y no pasar a otra hasta que la hayas terminado.
2. Contar palabras o números
Tan fácil como coger un libro o un periódico y comenzar a contar las palabras de un párrafo largo. También se puede hacer con los números del cuaderno de matemáticas de tu hijo, no importa la fuente. Este ejercicio de concentración es ideal para hacer una pausa y lograr dirigir tu mente a futuras tareas.
3. Practicar respiraciones de relajación
Si notas que la ansiedad está bloqueando tu mente prueba a sentarte un rato, tranquilizarte y empezar a hacer respiraciones profundas, sintiendo el palpitar de tu corazón y el aire que circula por todo tu cuerpo, ¡los resultados te sorprenderán!
4. Practicar la distracción controlada
Aunque suene un poco paradójico, a veces no hay nada mejor que distraer la mente durante unos minutos, para luego volver a tomar las tareas principales mucho más descansado y concentrado.
5. Meditar durante unos minutos
Se trata de lograr la concentración plena escuchándote a ti mismo durante unos pocos minutos. Meditando conseguirás recuperar esa claridad mental que los quehaceres diarios te han hecho perder durante la jornada.
6. Permanecer inmóvil
Sentarte durante unos minutos, sin hacer movimientos de ningún tipo es otra práctica excelente de relajación.
7. Entrena tu atención
Puedes entrenar tu atención mediante ejercicios como sopas de letras y crucigramas. La atención es como un músculo y, si lo ejercitas adecuadamente, conseguirás que funcione mejor durante más tiempo.
8. Recuerda momentos agradables
“Recordar” es sinónimo de ejercitar la mente. Por lo tanto, no estaría nada mal que al despertar o antes de ir a dormir recordaras con mucho detalle el último viaje de vacaciones o aquella reunión familiar que tanto disfrutaste; sobre todo, momentos agradables que potenciarán tu concentración de forma positiva.
9. Haz una actividad física
El ejercicio físico, por muy sencillo que sea, mejora la capacidad de concentración y de memoria. Además, oxigena el cerebro para que este pueda retener mayor información a lo largo del día.
10. Examina tu día
Antes de finalizar tu jornada es recomendable recordar aquellos momentos y actividades del día en donde te sentiste productivo. Podrás repetirlo al día siguiente y esto se convertirá en un hábito que rendirá frutos a tu concentración.
A todos estos ejercicios, súmale un poco de agua: el agua tiene la capacidad de limpiar, oxigenar e hidratar tu cuerpo para rendir en cualquier tarea que te propongas. Este líquido vital hace que la memoria sea aguda y mejora el rendimiento cognitivo.
Como ves, estos ejercicios de concentración se caracterizan por su sencillez: simples pero eficaces. Si tienes la constancia de realizar algunos de ellos de manera frecuente y con seriedad, en poco tiempo verás como tu concentración aumenta.
Además de volverte más eficaz en tu trabajo o en los estudios, y hasta en las prácticas deportivas o de ocio, te va a permitir algo muy importante: ganar en autoestima. Verás que tus esfuerzos tienen una focalización clara y, poco a poco, irás consiguiendo tus objetivos utilizando para ello menos tiempo.