De Estados Unidos llega la reciente definición del “presentismo”, que define un nuevo fenómeno que se da en trabajadores. Es lo que ocurre cuando los trabajadores, pese a presentarse a trabajar cada día, tienen un rendimiento prácticamente nulo, de forma que es como si en realidad no estuviesen trabajando. Este fenómeno es más frecuente que el ya conocido como absentismo y, además, se ha contabilizado una pérdida de la productividad derivada del presentismo 7,5 veces superior que la derivada del absentismo. Asimismo, se estima que, como media, los trabajadores desempeñan sus tareas con una productividad de entre el 65% y el 70% de sus posibilidades reales. Este presentismo puede deberse, en parte, por una falta de profesionalidad, pero a menudo, muchos trabajadores dejan de ser productivos porque se sienten tristes, estresados o desmotivados. En Estados Unidos, los resultados de un estudio reciente llevado a cabo por una de las compañías nacionales más grandes sobre mejora de la salud, han contabilizado el coste del presentismo para los empresarios en más de 180 billones de dólares anuales. Y aunque el concepto venga de Norteamérica, en España es un fenómeno muy arraigado que, además, ha aumentado todavía más en los dos últimos años, y ha pasado del 45% en el año 2010, al 85% en 2012 (los datos del 2013 y del presente 2014 todavía están siendo analizados. Además, se ha comprobado que en nuestro país, solo el 15% de los trabajadores no trabaja más horas de las previstas. Sin embargo, y pese a la creencia popular, este aumento de actividad en la jornada laboral no se corresponde casi nunca en un incremento claro de la productividad.