El team building es una técnica de motivación de los empleados cuyo origen hay que buscarlo en EEUU hace más de dos décadas. Su comprobada eficacia para cohesionar equipos y conseguir que los profesionales sean capaces de sumar su talento y esfuerzo individual por el bien común ha popularizado el éxito de este tipo de actividades en todo el mundo.
En España, una vez que la tormenta de la crisis económica empieza a amainar, el team building retoma el vuelo de la mano de diversas consultoras y empresas especializadas.
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La filosofía del team building se desarrolla por y para la máxima de que a un equipo profesional bien cohesionado y suficientemente motivado no lo para nada ni nadie, por lo que es una garantía de éxito y productividad en un entorno económico complicado, globalizado y tremendamente competitivo. Desde la empresa Dreams & Adventures, con veinte años de experiencia en el sector y fundada en Barcelona por Andreu Mateu, tienen las ideas muy claras. «Entendemos como team building aquellas actividades que se llevan a cabo específicamente para construir equipo. Normalmente, es una actividad participativa diseñada a medida de las necesidades del cliente y en un espacio y lugar determinado». Los eventos de team building suelen llevarse a cabo en espacios en espacios alejados de la rutina diaria, en un entorno diferente, por ejemplo: un parque natural o una cancha deportiva. El objetivo es permitir al trabajador liberarse de las tensiones y poder relacionarse de forma distendida y amena con sus compañeros. 
Aunque los formatos de team building más utilizados son las actividades deportivas o lúdicas en plena naturaleza, últimamente se está apostando por conceptos diferentes, como por ejemplo las actividades de folclore que organiza la empresa de negocios malagueña Esesa. La directora de Esesa, Belén Jurado, explica el programa Salero y Olé Challenges. «Esta actividad de 'team-building' consiste en superar una serie de retos inspirados en algunas tradiciones españolas, como el flamenco o las corridas taurinas, pero sólo simulándolas, sin dañar a los animales. Otra posibilidad es aprender a cocinar las tapas más sabrosas de nuestra tradición culinaria, y todo ello añadiéndole carreras de camareros o catas de vino con denominación de origen andaluz o sangría».
