Hoy en día, las fuentes de agua para oficina han incorporado materiales, medios técnicos, modelos de seguridad y adaptaciones para sus usos específicos, de forma que las actuales fuentes de agua disponibles en los centros de trabajo no tienen casi nada que ver con las que se comercializaban hace solo unos treinta años. En la actualidad, estas fuentes de agua se han humanizado en muchos sentidos, y resulta importante tener en cuenta cuáles son estas condiciones que los usuarios perciben como mejoras sustanciales y distintivas, que van más allá de la función de hidratación. -Materiales. El acero inoxidable con el que están fabricadas de las fuentes de agua no se utilizan como medio decorativo, sino que se trata de materiales no degradables, fáciles de limpiar, que no se deforman y que, además, presentan acabados con una excelente presentación. -Seguridad. Las fuentes de agua cuentan con unos serpentines de enfriamiento, unos desagües eficientes, y unas tomas de agua de la red que tienen en cuenta todos los requerimientos que garantizan una asepsia adecuada, tanto los caudales utilizados para beber agua como para los que se retiran no aprovechados. -Adaptación. Las fuentes de agua presentan alturas adaptables, grifos extensibles, pulsadores mejorados, accionamientos a pedal o pebeteros espaciosos que garantizan el uso de estas fuentes por parte de personas con dificultades específicas de movilidad o con algún otro tipo de discapacidad. -Tecnología. Desde el uso de presiones ajustadas, hasta la aplicación de la tecnología de la ósmosis inversa más económica para la filtración de los caudales, las fuentes de agua están diseñadas para conseguir una mayor eficiencia con máximo el ahorro a la vez. Las fuentes de agua para oficinas, por lo tanto, ya hace tiempo que además de proporcionar agua para hidratar al público en general, ofrecen soluciones a medida, para un público que poco a poco empieza a percibirlas como unas máquinas de agua más personalizadas.