Para estar saludable por dentro y por fuera es importante llevar una alimentación adecuada y equilibrada. Seguro que has leído esto cientos de veces pero, ¿qué implica esto exactamente? Básicamente, comer de forma variada y establecer ciertas rutinas diarias para aportar al organismo los nutrientes que necesita. En este post te explicaremos los hábitos alimentarios saludables que puedes poner en práctica hoy mismo.
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Es muy importante hacer cinco comidas diarias. El desayuno, un pequeño tentempié a media mañana, la comida, una pequeña merienda y la cena.
El pequeño tentempié y la merienda deben ser comidas ligeras (fruta, lácteo o proteína sin grasa). Así tu metabolismo estará activo y podrá quemar el exceso de grasas. Si te excedes en una comida, no te saltes la siguiente. La puedes aligerar, pero no te la saltes.
Recuerda que el desayuno es la comida más importante del dia. Debe incluir fruta, cereales o pan y lácteos. Es muy importante que sea completo y equilibrado y que le dediques como mínimo unos 10 o 15 minutos.
La cena debe ser ligera, y, si es posible, una o dos horas antes de acostarte. Es importante llegar a la cama con la digestión hecha.
Siempre es mejor cocinar al vapor, a la plancha o al horno que hacer platos con salsa, fritos o rebozados. Y, en cuanto a sazonar, las especias aportan un toque de sabor. Así evitarás pasarte con la sal, que no es recomendable ya que puede hacer retener líquidos y aumentar la tensión arterial.
Y esto se aplica perfectamente en este caso. No elimines ningún grupo de alimentos de tu dieta.
Existen muchas dietas que se basan en tomar solamente verduras o solamente proteínas y esto es un error porque no debes privar a tu organismo de otros nutrientes que también son necesarios.
Las frutas y las verduras son básicas en la alimentación. Se recomienda consumir cinco raciones de frutas y verduras, que pueden ser crudas o cocinadas. Es un aporte imprescindible de vitaminas, agua y fibra, ¡además de ser una forma muy cómoda de tomar un tentempié a cualquier hora!
En una dieta equilibrada no puede faltar el agua. Debemos beber, como mínimo, de 2 a 2,5 litros al dia. Es la cantidad de líquido que perdemos diariamente y, ya que el cuerpo no la puede almacenar, debemos restablecerla.
La ingesta de agua repercute en el buen funcionamiento del cuerpo. Una deshidratación de tan solo el 1% afecta al rendimiento físico, a las capacidades cognitivas e, incluso, al estado de ánimo. Por eso es tan importante beber antes de tener sed.
Si esperamos a tener sed, la deshidratación puede pasar desapercibida. Por ello es tan importante hidratar a los niños y a las personas mayores. Los niños aún no son capaces de controlar el mecanismo de la sed y las personas mayores a menudo pierden la capacidad para detectar la deshidratación.
Ahora que sabes que la alimentación debe ser equilibrada y que debes beber agua para regular el organismo te contaremos qué es exactamente esto de “comer de todo”. Al final, se trata de hacer una combinación de los distintos tipos de nutrientes que aportan los alimentos:
Una parte importante de nuestra dieta deben ser hidratos de carbono. Sobretodo los de lenta asimilación (cereales, pasta, arroz o pan). Siempre mejor si son integrales. Todos ellos deben suponer, aproximadamente, la mitad de tu dieta.
Es recomendable que el consumo de los carbohidratos simples (dulces, refrescos azucarados..) y de los alimentos ultraprocesados (platos precocinados o bollería industrial) sea esporádico, ya que aportan grasas muy poco saludables.
Otra parte destacada de nuestra dieta son las proteínas. Aportan energía a nuestros músculos. Pueden ser de origen animal (carne, pescados y huevos) o de origen vegetal (cereales o legumbres). Lo ideal es equilibrar los dos tipos. Las proteínas deben suponer un cuarto de las calorías que ingieras.
En cuanto a las grasas, es mejor que sean de origen vegetal. Por ejemplo, el aceite de oliva o de girasol. No deben superar el 30% de las calorías totales en un dia.
Esperamos que tras leer estos consejos para mejorar tus hábitos alimentarios saludables puedas establecer nuevos menús y rutinas para poder llevarlo a cabo. ¡Agua, buenos alimentos y un poco de ejercicio físico te mantendrán sano!
