El agua tiene dos tipos de energía que de alguna forma permanecen latentes en sus moléculas. Se trata de la energía cinética que es la más evidente, y de otro tipo de energía, en un primer momento menos evidente, pero que resulta más explosiva, y que se denomina energía potencial.
En general, la energía cinética es la que está asociada al movimiento, y en el caso del agua, se asocia a la acción del mismo fluido. Dicha acción se revela cuando el agua se calienta o cuando entra en ebullición, de manera que bajo diferentes temperaturas, sus átomos vibran y sus moléculas se expanden.
El vapor de agua es una forma en la que la energía cinética se manifiesta en el agua, y empezó a aprovecharse por primera vez para el desarrollo de dispositivos que simplificaron el trabajo en los inicios de la revolución industrial, con el desarrollo del maquinismo y de las máquinas de vapor cuyos principios físicos todavía mueven parte de la industria y la tecnología modernas.
El otro tipo de energía disponible en el agua, la energía potencial, es una energía que está contenida en el agua y que es consecuencia de su propia naturaleza y, en realidad, también se traduce en diferentes tipos de movimientos. Esta energía potencial constituye la capacidad del agua para ascender por los conductos capilares, y también la que se desarrolla en los didácticos experimentos de los vasos comunicantes, ya que gracias a su capacidad de compresión y dilatación, el agua resulta eficaz para permitir el funcionamiento de distintos tipos de máquinas y herramientas.
Asimismo, solo al circular y correr libre, el agua define los beneficios de la energía hidráulica aplicada a las turbinas, en pantanos, así como en los molinos utilizados hace años para moler cereales gracias al paso del agua por sus aspas
Por lo tanto, al beber agua, por ejemplo, de una fuente de agua instalada en una oficina, se consiguen distintos beneficios, los más importantes, la hidratación y la mejora de la salud y el bienestar, pero al ingerir esta agua, también transfiere al organismo toda las posibilidades físicas de una bebida que el organismo asimila junto con toda la energía cinética y potencial de dicho fluido.