Los expertos coinciden en que felicidad en el trabajo y productividad están directamente relacionados. Es más, su relación es tan estrecha que casi se puede afirmar que no es posible que una empresa logre unos niveles aceptables de productividad y rentabilidad, si no cuenta con un plantilla de trabajadores satisfechos y que se sientan a gusto en su puesto de trabajo.
Un trabajador feliz es sinónimo de empleado satisfecho y motivado. Y la motivación es uno de los principales motivos de la productividad. Además, un trabajador feliz con su puesto de trabajo y función dentro de la empresa transmite optimismo al resto de compañeros, proveedores y clientes, actitud indispensable para hacer frente con éxito a los problemas y dificultades inherentes a todos los proyectos.
La felicidad ayuda a que el talento de las personas fluya de manera continua en todo su potencial. Y ese talento deriva en una serie de atributos fundamentales para que la empresa pueda situarse en ventaja frente a sus competidores: eficiencia e innovación.
Así mismo, la explosión del talento está relacionada con otra cuestión imprescindible en el competitivo entorno en el que todos, queramos o no, nos encontramos inmersos. Esa cuestión a la que nos referimos es la creatividad. Esto ocurre porque el buen humor ayuda a abrir la mente, facilitando que surjan buenas y brillantes ideas.
En cuanto a los errores, el trabajador feliz no suele pensar en ellos, o al menos no de una forma obsesiva, y esto le ayuda a no cometerlos habitualmente. Y en el caso de que el fallo o equivocación se llegue a producir, su actitud positiva le empuja a solucionarlo de manera rápida y eficaz.
Por otro lado, los problemas en los entornos laborales negativos tienden a enquistarse, cuando no a magnificarse, porque las vibraciones negativas retroalimentan las dificultades, convirtiéndolas en insalvables. Aquí tenemos otro gran beneficio relacionado con los contextos de trabajo felices: los problemas suelen solucionarse en sus primeras etapas.
Las matemáticas nunca fallan. Y la ecuación de la felicidad no deja lugar a dudas. La suma de satisfacción, motivación, bienestar y mentalidad positiva da como resultado el flujo de ideas creativas y la ausencia de errores, lo que deriva en una mayor eficiencia y productividad.
Dicho de otro modo, la felicidad en el trabajo es el atajo perfecto para llegar a la ansiada eficiencia y rentabilidad. A partir de ahí la respuesta es…¿cómo favorecer la felicidad en el ámbito laboral?
Orientaciones para promover la felicidad en el trabajo
La felicidad es una estado de ánimo, una actitud de carácter personal que sale de dentro de cada individuo y que, por lo tanto, no se puede forzar ni generar de forma artificial. Pero que duda cabe que desde la empresa se puede favorecer y facilitar un buen estado de ánimo entre los empleados. Esta es una selección de 10 tips o consejos para lograrlo:
- Incentivar a los empleados, no sólo con recompensas económicas, sino también con el reconocimiento y los refuerzos de tipo anímico y moral.
- Preocuparse y promocionar la salud y bienestar de los trabajadores.
- Contar con el apoyo y la consideración de los supervisores o responsables.
- Disponer de un espacio para relajarse y recuperarse donde poder tomar café, agua y un refresco mientras se conversa con los compañeros.
- No sobrecargar de trabajo a los empleados.
- Definir claramente tareas y objetivos tanto individuales como grupales.
- Facilitar la conciliación entre la vida laboral y familiar.
- Potenciar la promoción laboral.
- Establecer programas de formación que permitan la realización personal y la adquisición de las competencias profesionales necesarias.
- Potenciar la comunicación entre los propios empleados y con la dirección.
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