Como el cuerpo pierde a diario entre 2,5 y 3 litros de agua, un agua que debe reponerse para que el cuerpo pueda realizar sus funciones con normalidad y para mantener así la salud corporal.
Es importante tener en cuenta que la sensación de sed aparece cuando el cuerpo ya ha empezado a deshidratarse, por lo que resulta crucial beber agua con la máxima regularidad posible, y evidentemente incluso cuando se esta en el trabajo, sin esperar a sentir sed. En el momento en que una persona empieza a sentirse sedienta, significa que cuerpo ya ha empezado a deshidratarse, y que ya ha perdido a un nivel de entre 0,8% y 2% de su peso.
El agua resulta esencial para todos los órganos del cuerpo, incluido el cerebro, la sangre, la piel, los huesos, el corazón, los riñones, el hígado, los pulmones, los huesos y, en definitiva, todas las células del cuerpo. Y por este motivo, en este post, queremos hacer un repaso de la importancia de dicha hidratación para todos ellos:
• El cerebro está formado por un 85% de agua, de forma que cuando una persona no está lo suficientemente hidratada, su cerebro es el primero en empezar a sentir los efectos de esta falta de agua, y lo manifiesta enseguida en forma de dolores de cabeza, reducción de la concentración y reducción de la memoria a corto plazo. De esta forma, las habilidades de cálculo, entre otras, así como las habilidades psicomotoras de la persona pueden ver reducidas, primero de forma sensible y, a menudo que pasa el tiempo, de una forma más evidente. Asimismo, los resultados de varios estudios han demostrado que las capacidades de concentración de una persona pueden disminuir incluso solo con un 1 o 2 % de deshidratación.
• La sangre, por su parte, está formada por 95 % de agua, de manera que, con la deshidratación, no consigue transportar los nutrientes esenciales a las células del cuerpo y eliminar los desechos de las mismas con la misma eficacia. Además, con la falta de agua, el mecanismo que regula la tensión arterial tampoco funciona de forma correcta, lo que puede causar un incremento de la tensión arterial.
• La piel, aunque no lo parezca, es un órgano, y es el más grande del cuerpo ya que se extiende por toda su superficie. Se compone de un 70 % de agua, que es la encargada, entre otras cosas, de conferirle elasticidad y firmeza a la vez. Es importante tener en cuenta de que parte del agua que nuestro cuerpo pierde diariamente lo hace mediante evaporación a través de la piel y por esto hay que mantenerla bien hidratada y protegida. Si no se bebe el agua suficiente como para compensar esta pérdida de agua que se produce por transpiración, a través de la piel, enseguida se detecta que la piel se reseca. Cuando esto ocurre, se pueden utilizar cremas hidratantes, aunque evidentemente, la mejor solución consiste en beber agua e hidratar la piel desde dentro y no desde fuera.
• Las células, todas las células del cuerpo necesitan agua para funcionar correctamente, y además, dos terceras partes del agua contenida en el organismo se encuentra en las células.
• Los huesos también tienen una cantidad importante de agua, aunque no lo parecen, y están formados por un 22 % de agua. Además, el agua es el agente que asegura el movimiento de las articulaciones, ya que el tejido cartilaginoso que se encuentra en el extremo de los huesos, retiene el agua para lubricar dichas articulaciones y suavizar los movimientos.
• El corazón está formado por un 77% de agua, y su correcta hidratación puede reducir el riesgo a sufrir enfermedades cardiacas.
• El hígado (73% de agua), los riñones (80 %) y los pulmones (80 %), también necesitan agua suficiente para funcionar. El hígado se encarga de convertir la grasa del cuerpo en energía y si no dispone de suficiente agua, el cuerpo acumulará grasa extra. En el caso de los riñones, una deshidratación evita que los productos de desecho se eliminen de forma efectiva. Y los pulmones necesitan humedad para funcionar y poder absorber oxígeno y eliminar dióxido de carbono, por lo que su deshidratación puede dificultar la respiración.
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