Probablemente porque todavía es uno de los elementos naturales que se encuentra en una cantidad mayor en nuestro planeta, muchas veces nos olvidamos que el agua es un recurso limitado y del todo insustituible.
El agua es fundamental para la supervivencia y el bienestar de las personas, tanto desde un punto de vista individual como social. Solamente a través de una correcta gestión del agua, esta puede funcionar como un elemento valioso que proporcione prosperidad a los pueblos y contribuya a un desarrollo sostenible y equitativo de los recursos naturales y de la riqueza.
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Las políticas en la gestión del agua
No solamente es un objetivo deseable, sino cada vez más una cuestión imprescindible por el bien de las generaciones presentes y futuras, que los gobiernos e instituciones de todo el mundo diseñen y ejecuten unas políticas de gestión del agua basadas en las siguientes pautas de actuación:
- Utilizar el agua en todas las actividades humanas (consumo, ocio, agricultura, industria...) con una visión conservacionista y racional, avanzando hacia el desarrollo sostenible y, siempre que sea posible, intentando poner todos los medios para tratarla de manera que se convierta en un recurso renovable.
- Es imprescindible garantizar el acceso al agua de calidad en la cantidad suficiente a todo el mundo. El agua es un bien común que pertenece, por derecho, a todos y cada uno de los habitantes del planeta. Sin embargo, en muchos países subdesarrollados de África y Asia la gran mayoría de la población no tiene acceso a agua potable en unos niveles mínimamente aceptables, estimándose que de seguir así las cosas hasta dos tercios de la población mundial podrían vivir con escasez de agua en el año 2015. La falta de democratización en el acceso al agua es una de las principales causas de pobreza, desigualdad y mortalidad prematura, sobre todo infantil, en gran parte del mundo.
La importancia y los beneficios del agua
El agua es, probablemente, el elemento más directamente relacionado con el desarrollo de distintas formas de vida. Como ocurre con el oxígeno, el agua es esencial para que tanto los vegetales como los animales, el ser humano y todas las formas de vida conocidas puedan existir. En resumen, el agua es un elemento de suma importancia para la existencia de la vida. Centrándose en los humanos, está demostrado que, salvo casos muy excepcionales, ninguna persona puede sobrevivir más de 3 ó, a lo sumo, 5 días sin ingerir líquidos. Partiendo de esta importancia absolutamente fundamental del agua, podemos afirmar que sus beneficios se ramifican en tres dimensiones distintas:
- La salud individual.
- El bienestar social.
- La conservación del medio ambiente.
Aspectos positivos del agua para la salud de las personas
Como hemos visto, el ser humano no es capaz de pasar más de 5 días sin ingerir agua. Esto se debe a que el agua es responsable de que todos los tejidos desarrollen sus funciones y capacidades de manera efectiva. Cuando una persona sufre un estado de deshidratación o de falta de agua, estos tejidos comienzan a perder sus capacidades y las funciones son minimizadas al máximo. Además, si no la bebemos la cantidad suficiente, que los expertos sitúan en unos 2 litros diarios, podemos dejar de obtener los siguientes grandes beneficios del agua:
- Una buena hidratación nos aporta la energía suficiente para rendir en nuestras actividades diarias, manteniendo siempre el nivel óptimo de alerta y concentración.
- Beber suficiente agua mejora la digestión y combate el estreñimiento.
- Se reduce el riesgo de sufrir algunos tipos de cáncer, como el de colón o el de vejiga.
- Se eliminan las toxinas y los productos de desecho que el cuerpo no necesita.
- Ayuda a proteger el corazón, previniendo infartos.
- Contribuye al mantenimiento o pérdida de peso.
Sin agua suficiente no es posible el desarrollo y la igualdad social
El agua es fundamental para la agricultura, la industria y la producción de energía de cualquier región del mundo. Esto significa que los países cuya población no tiene acceso a unos niveles suficientes de agua, no pueden conseguir jamás unos buenos niveles de prosperidad, desarrollo e igualdad.
La gestión eficiente del agua es un auténtico desafío para las instituciones y los gobiernos, pero si se consigue un gestión eficiente y equitativa, el líquido elemento puede jugar un papel facilitador clave en el fortalecimiento de la resiliencia de los sistemas sociales, económicos y ambientales y en la consecución de un reparto equilibrado y justo de la riqueza y los recursos.
Agua y desarrollo sostenible
El agua juega un papel esencial y totalmente protagonista en el origen y mantenimiento de la vida. También es un elemento fundamental que se sitúa en el centro del desarrollo sostenible y resulta esencial para el desarrollo socio económico, unos ecosistemas saludables y la supervivencia humana. Desde el origen de las civilizaciones, el agua ha sido un elemento clave para mejorar la salud, el bienestar y la productividad de las poblaciones, así como para la producción y la preservación de una serie de beneficios y servicios de los que gozan las personas. Pero actualmente su importancia se ha ampliado aún más, situándose en el epicentro de la adaptación al cambio climático y sirviendo de vínculo entre la sociedad humana y el medio ambiente. El calentamiento global está provocando que, actualmente, en muchos lugares del mundo las demandas de este líquido vital no pueden ser satisfechas, En este sentido, expertos del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU aseguran que cerca de 1,2 billones de personas no tiene acceso a agua potable y se ven obligados a recorrer largas distancias para encontrarla y cubrir sus necesidades más básicas. El agua es fuente de vida y una pieza clave para que funcione de forma equilibrada el complicado engranaje entre acceso suficiente para todos, desarrollo social y económico y respeto al medio ambiente. Es nuestro deber utilizar el agua de forma adecuada y cuidarla correctamente para evitar que este recurso no renovable acabe terminándose en algún momento, o no sea suficiente para paliar nuestras necesidades de consumo, para la agricultura, industriales o energéticas. Post relacionados: