Todos los expertos coinciden en que la globalización de la economía y los negocios ha aumentando enormemente la competitividad entre las empresas. Para posicionarse, y muchas veces incluso para sobrevivir, en un mercado cada vez más complejo y cambiante es necesario potenciar factores como la innovación tecnológica o la gestión excelente de los recursos, Pero estos factores sirven de muy poco si la empresa no cuida su valor más preciado en la actualidad: sus propios trabajadores.
Siendo el equipo humano la más importante maquinaria de las empresas, es fundamental tener muy claro que su engranaje no pude funcionar bien sin un elemento absolutamente clave: la motivación, individual y colectiva, de los empleados.
Un trabajador motivado es mucho más eficaz y productivo, se sentirá identificado con la empresa y será capaz de trabajar en equipo dando lo mejor de sí mismo y sacando a relucir todo su talento.
Además, cada profesional convenientemente motivado se convertirá en nuestro principal cliente interno y embajador de nuestra compañía, contribuyendo así a potenciar la imagen corporativa y de marca.
¿Cómo se potencia la motivación?
Para motivar a los profesionales de una empresa es muy importante no fijarnos únicamente en el tema salario, puesto que, aún siendo una cuestión importante, el factor sueldo casi nunca es suficiente para conseguir, y sobre todo mantener, la motivación en el equipo de trabajo.
Por lo tanto, es importante complementar el tema meramente económico con cuestiones como:
- Cuidar la parte emocional. El trabajador debe sentirse querido, valorado y respaldado por la empresa a través de diferentes acciones: un trato cordial, reconocer públicamente sus logros o preocuparse de su bienestar personal, tanto dentro como fuera del trabajo.
- Potenciar el bienestar. Es fundamental conseguir un buen clima laboral potenciando las relaciones personales con la realización de actividades fuera de la oficina y cuidar los detalles individuales, como por ejemplo asegurarse de que los empleados disponen de un espacio de relax con lo necesario para charlar un rato y relajarse.
- Organizar de manera óptima el trabajo. El objetivo debe ser organizar y planificar lo mejor posible el trabajo a través de tres líneas de actuación: reducir al máximo la presión y el estrés, asegurarse de que todos los trabajadores tienen muy claras y delimitadas sus tareas, funciones y responsabilidades dentro de la empresa y, por último, procurar que todos los profesionales tengan las competencias y formación necesarias.
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Mantener un plan de incentivos permanente y actualizado. La rutina y la falta de alicientes son los peores enemigo de la productividad. Por este motivo, desde la Dirección de la empresa se deben buscar fórmulas para mantener encendido el fuego de la motivación con incentivos constantes en forma de mejoras, no solo salariales sino también de condiciones de trabajo, y unas posibilidades de promoción reales, sin estructuras ni plantillas inamovibles, ni sistemas de trabajo demasiado rígidos.
El Team Building
Una de los métodos más novedosos de motivación de equipos de trabajo son los eventos de Team Building, los cuales comprenden una serie de actividades, de carácter muy diverso, que permiten a los miembros de un grupo tener encuentros de carácter lúdico fuera del ámbito laboral, para así poder definirse como equipo y conocerse mucho mejor.
La empresas que realizan actividades de Team Building logran excelentes resultados en lo que respecta al crecimiento personal y profesional de sus empleados, la cohesión de los equipos de trabajo y la mejora del clima laboral.
Los programas de motivación de los trabajadores acaban convirtiéndose en inversiones muy rentables para las empresas, por lo beneficios que se obtienen en forma de: consecución de una mayor calidad del trabajo, posicionarse en situación de ventaja frente a la competencia y lograr unos índices de productividad superiores.