La urticaria acuagénica es una enfermedad muy rara que consiste en una alergia al agua. A una persona con esta patología le pueden salir ronchas, escozor o picor y hinchazón en la zona afectada, una molestia que puede resultar muy intensa. El mecanismo que desencadena la alergia al agua también es bastante curioso. Hay estudios científicos que corroboran que las personas con urticaria acuagénica han desarrollado un antígeno que es hidrosoluble. Los antígenos son los agentes que activan el sistema inmunológico del organismo y que, al disolverse, desaparece su facultad de defenderse y se produce la reacción alérgica no deseada descrita en el primer párrafo. Cuando el agua disuelve el antígeno, este supera la barrera de la piel y obliga a las células a liberar histamina que son los elementos responsables de la aparición de las ronchas. En la actualidad, solo se conocen alrededor de 30 casos de urticaria acuagénica en toda la literatura médica, y las personas que la padecen tienen que utilizar sustancias que no contengan agua y que no sean agresivas para su piel, con el fin de realizar su aseo personal. Sin embargo, el agua siempre es sinónimo de salud y fuente de vida, aunque algunas patologías como esta parezcan indicar lo contrario. En cualquier caso, incluso las personas con urticaria acuagénica deben beber agua en abundancia y con regularidad durante todo el día, y también durante la jornada laboral, con el fin de evitar la deshidratación.