El ozono es uno de los gases que conforman la atmósfera, y como tal se genera de manera natural. Aunque también es posible producir ozono mediante generadores, cuyo uso en este caso es muy variado. Se emplea para facilitar la síntesis de determinados compuestos orgánicos, aunque el uso principal es el de depurar y purificar aguas residuales.
Los usos del ozono en este sentido se basan en la propiedad más importante que tiene este compuesto, ya que al estar formado por tres átomos de oxígeno es un potente oxidante. Veamos algunas de sus aplicaciones.
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Tratamiento y control de agua potable
La normativa actual obliga a mantener un control y tratamiento adecuados del agua destinada a beber. En este sentido, se emplea sobre todo el cloro por su capacidad como desinfectante, aunque no es el único elemento disponible. De hecho, el ozono desinfecta tres mil veces más que el cloro.
El agua tratada con ozono es liberada de bacterias, virus y organismos que han desarrollado una resistencia al cloro. En el agua potable sus efectos principales son:
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Desactivación de virus y bacterias.
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Oxidación de compuestos metálicos como el manganeso o el hierro.
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Anulación de compuestos orgánicos (herbicidas, insecticidas, detergentes, etc.).
Tratamiento y depuración de aguas residuales
La depuración de aguas residuales busca convertir el agua contaminada de alguna manera en agua de la mayor calidad posible. Para ello se emplean Estaciones Depuradoras (EDAR), que usan determinados procesos químicos, físicos y biológicos.
Uno de los usos del ozono en el tratamiento de aguas residuales es el de eliminar todo tipo de sustancias tóxicas, como el cianuro, compuestos orgánicos y otras partículas, para obtener agua que se puede reutilizar en determinados campos como el riego de jardines.
También se emplea ozono para eliminar contaminantes que proceden de industrias como la farmacéutica.
Industria alimentaria
La industria alimentaria tiene unas necesidades muy concretas de limpieza y desinfección, debido a las condiciones en las que deben estar tanto el ambiente como las superficies. No se puede permitir que nada contamine los alimentos que se manipulan o procesan en estos espacios.
Por su capacidad como antimicrobiano, la limpieza de superficies en la industria alimentaria es otro de los usos del ozono. Es capaz de acabar con hongos, esporas, bacterias y otros microorganismos.Tanto el ozono a nivel molecular como su efecto al descomponerse hace que los organismos mueran por la desintegración de la membrana celular, lo cual acelera el proceso respecto a otros desinfectantes.
Eliminación de olores
Además de limpiar superficies, el ozono también se encarga de desodorizar y mejorar la calidad del aire de un modo que sería muy complicado de lograr mediante otros métodos y productos. Los contaminantes responsables de estos olores se meten en zonas en las que no se puede desinfectar por completo.
El ozono acaba con los olores al destruir los elementos inorgánicos responsables de ellos, como el alquitrán, amoniaco o nicotina que proceden del tabaco. Además, algo que es muy significativo es que no deja ningún residuo, siendo un compuesto inocuo para el medio ambiente.