Disfrutar de un ambiente en el trabajo que sea propicio es uno de los factores mejor valorados, tanto por empleados como por quienes tienen responsabilidades en una empresa. Sin embargo, al hablar de tipos de ambiente laboral pensamos en lo mismo, ni tenemos una idea común acerca de cuál es el mejor.
En cualquier caso, contar con un buen ambiente de trabajo es fundamental para lograr una mayor productividad y tener trabajadores contentos. Por eso, vamos a echar un vistazo a algunos de los mejores tipos y sus características, combinando los puramente organizativos con los conceptuales.
Oficina abierta
El espacio de oficina abierta se caracteriza por no tener paredes, o al menos casi ninguna. No hay cubículos ni puestos divididos por biombos, sino que todo el mundo se mueve con libertad. Esto propicia que todo el mundo tenga relación entre sí, estrechando los lazos.
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El concepto de oficina abierta suele incorporar áreas de descanso y entretenimiento, además de actividades para incentivar las capacidades.
Descentralización, uno de los tipos de ambiente laboral que más crece
Otro de los tipos de ambiente laboral que existen no se concentran en un único lugar. En vez de ello, se apuesta por el trabajo freelance, donde cada quien tiene sus horarios y normalmente se organiza desde casa. Esto hace que los puestos sean muy diversos y personales, lo que fomenta la creatividad y el desempeño a la medida de cada uno.
Ambiente participativo
Este tipo no se centra tanto en el espacio como en el modo de trabajar. Se trata de dejar en manos de cada empleado su labor, manteniendo la comunicación abierta y confiando plenamente en que cada uno sabe hacer su trabajo. Buena parte de las decisiones se hacen de forma consensuada, lo que integra a los empleados en el proyecto y mejora el ambiente general.
Los logros obtenidos en cualquier caso se sienten como propios, ya que todos han participado y aportado de sí mismos para alcanzarlos.
Horarios flexibles
A medio camino entre el trabajo freelance y la contratación, los tipos de ambiente laboral que apuesta por horarios flexibles hacen que la productividad aumente en muchos casos. Todo el mundo sabe que tiene que hacer su labor, aunque puede organizarse y no se limita a entrar y salir a una hora concreta.
Hay quien divide su jornada y se acerca a la oficina después de cumplir sus obligaciones familiares, o va a primera hora, sale para llevar a los niños al colegio, vuelve por la tarde y sigue trabajando. También se pueden dedicar horas al teletrabajo, una fórmula que no deja de ganar adeptos.
En cualquier caso, lo que importa es que cada uno haga su parte y se logren los objetivos. Por ello se necesita que haya una buena comunicación y que todo se pueda organizar de forma que nadie se quede bloqueado en medio de un proceso.
Existen otros tipos de ambiente laboral, algunos más efectivos que otros. Incluso los hay que no dejan de evolucionar, por lo que lo mejor es encontrar el que mejor se ajuste a la productividad de cada proyecto.