La coach y profesora en máster de dirección y gestión de recursos humanos Gina Aran considera que no irse de vacaciones y quedarse en la oficina trabajando durante los meses de verano es algo que puede resultar muy positivo, ya que «el buen clima, más tranquilidad en el lugar de trabajo y menos interrupciones favorecen nuestra capacidad para innovar».
Pautas para trabajar mejor en verano
La temperatura y la ventilación son dos aspectos muy importantes para trabajar con comodidad en verano y conseguir unos buenos resultados. Además, para Gina Aran existen otros factores que, de no tenerse en cuenta, pueden rebajar los niveles de productividad y eficacia. «Es muy importante comer ligero y beber líquidos de forma constante, puesto que ayudan a sentirse más liviano», asegura la experta.
El verano es el momento perfecto del año para combinar trabajo y ocio y también para terminar esos trabajos que tenemos pendientes desde el otoño y el invierno. En verano el ambiente en las oficinas y otros lugares de trabajo suelen ser más relajado, por lo que suponen el mejor momento para realizar aquellas tareas que requieran mucha concentración.
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Una época ideal para la innovación
En verano la carga de trabajo disminuye en muchos trabajos, por lo que es un momento idóneo para hacer cambios en las dinámicas de trabajo, organizar las cosas de otra manera y, sobre todo innovar, un valor fundamental para el éxito de las empresas. La profesora y coach recuerda que durante los meses de verano «se está más abierto y con más ganas de renovación, así como de cambio de nuestro espacio de trabajo, para que todo lo viejo e innecesario no pare las nuevas ideas con el desorden».
La vuelta a la rutina
Expertos como Jaume Martí, consultor de estudios de economía de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), considera que «el trabajo en verano tiene un clima con más tranquilidad y menos interrupciones». El problema es cuando llega a septiembre, retornan los compañeros y se vuelve al ritmo de trabajo habitual, ya que el choque puede ser muy brusco.
Un problema añadido, según señala Martí, es que «los recién llegados volverán al trabajo con una percepción negativa de regreso a la rutina y al trabajo», y estas malas vibraciones pueden ser fácilmente contagiosas.
Algunos consejos para llevar lo mejor posible esta situación son tomarse las cosas relajadamente y ser comprensivo con los recién llegados, ya que probablemente vendrán con un ritmo de trabajo más lento hasta que vuelvan a coger de nuevo el ritmo.
También ayuda mucho tomarse unos periodos de vacaciones, a ser posible de más de 4 días, fuera de la época estival para desconectar y cargar las pilas.
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