El hombre utiliza una gran variedad de expresiones relacionadas con el agua y el frío, expresiones tan comunes como quedarse helado, estar hecho un témpano o ser frío como el hielo. Y es que, aunque se utilicen de forma habitual, en realidad esconden quizá una teoría sobre el origen de la vida.
Dicha teoría considera que el origen de la vida surgió en la Tierra no solo como consecuencia de la caída de un meteorito portador de los componentes básicos para poder crearla, sino que la vida surgió a partir del hielo y, por lo tanto, gracias a las propiedades únicas del agua congelada.
Hace menos de 20 años que los científicos empezaron a plantearse la posibilidad de que las nubes interestelares y los cometas estuvieran compuestos de materia orgánica, y que una capa de escarcha de agua pudiera cubrir grandes extensiones del universo, en zonas donde se unen polvo interestelar y gases.
Según dicha teoría, la vida habría llegado a la Tierra desde zonas heladas del espacio, dado que el agua helada se presentaría como un vehículo ideal de transmisión de la vida. A cero grados kelvin, por ejemplo, se dan condiciones ideales en las moléculas de agua que permiten la alteración de su estructura atómica, debido a la modificación de los enlaces de hidrógeno.
Estos enlaces tienden a separar las moléculas de agua y a hacer que el hielo se expanda, es decir, que aumente de volumen, y que ocupe más espacio que el agua líquida.
Los enlaces de hidrógeno tienen unas cualidades singulares, las más importantes, una fuerte polaridad, una gran capacidad para expandir el agua y una tendencia a atraer diferentes estructuras químicas, que soportan esta teoría del origen de la vida en el agua congelada.
Por este motivo, no hay que olvidar que cuando se bebe agua de una fuente como las que se instalan en los centros de trabajo, además de hidratarse, este mismo fluido con el que se sacia lla sed es a la vez el que permitió la vida enla Tierra.
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