En condiciones normales, una persona pierde cada día unos 2 litros de agua entre la respiración, el sudor y la orina. Esto significa que hay que recuperar ese líquido vital, y la manera más saludable de hacerlo es beber dos litros de agua al día.
Hay quien dice que lo de beber 2 litros de agua es solo un mito, y que si no tienes sed no hace falta beber agua. ¿Tienen razón, o hay razones por las que necesitamos ingerir al menos esta cantidad? Al margen de lo que hemos comentado antes en cuanto al agua que perdemos, hay motivos por los que necesitamos beber agua aunque no tengamos sed.
Nuestro cuerpo necesita estar hidratado para mantener unos niveles saludables. Si no bebemos suficiente cantidad, dejaremos de obtener los beneficios de una hidratación adecuada:
El agua aporta minerales y nutrientes, por lo que una hidratación óptima nos proporciona la energía necesaria para rendir en nuestras actividades cotidianas. Nuestra concentración depende en buena medida de que el organismo esté hidratado.
Al aumentar la energía del cuerpo, mejoran nuestras capacidades físicas e intelectuales.
Tomar varios litros de agua al día ayuda a eliminar toxinas y desechos que nuestro cuerpo no necesita.
Ayuda a proteger el cuerpo de determinados problemas de salud, como ataques al corazón, y previene algunos tipos de cáncer.
Hace que tengamos una mejor digestión y evita problemas como el estreñimiento.
Reduce los efectos de la fatiga y el cansancio.
Una hidratación adecuada no solo ayuda por dentro, sino que se nota por fuera, haciendo que la piel se muestra más tersa y luminosa.
Al poner en marcha el metabolismo de un modo más eficaz, es de gran ayuda en dietas de adelgazamiento, potenciando sus efectos.
Tomar suficiente líquido es esencial para mantener una buena hidratación. Y el líquido más recomendable es el agua porque su composición es óptima al estar formados nosotros mismos en gran parte de este elemento.
Beber 2 litros de agua al día nos ayuda a mantener el tono adecuado, y un nivel saludable tanto físico como mental. Por eso, es muy importante que bebas agua aunque no tengas sed.
Es más, la sed es una alerta del cuerpo cuando los niveles de hidratación están por debajo de lo saludable. Es decir, que si tienes mucha sed, tu cuerpo ya se ha deshidratado. Evita este extremo bebiendo agua de forma regular.
Esta hidratados también es necesario para no sentirnos fatigados, y afrontar el desgaste generado por el trabajo y otras actividades con garantías. Si no hay suficiente agua en el organismo, el corazón tiene que trabajar más para bombear la sangre y llevar oxígeno a los órganos y las células. Y esto causa una sensación de cansancio crónico que puede tener muy malos resultados.
Como hemos visto, mantenerse bien hidratado no influye solo a nivel físico, sino que también es muy importante para el buen funcionamiento de nuestra mente. De hecho, aunque tengamos una pequeña deshidratación (2-4%), nuestra capacidad de concentración se puede ver afectada de forma negativa. Incluso podemos sufrir dolores de cabeza o mareos.
Beber dos litros de agua como mínimo permite mantener la alerta, reduce la posibilidad de cometer errores y facilita la atención en lo que estamos haciendo. Dicho de otra forma, nos hace más productivos cuando estamos trabajando.
Además, ayuda a tener una actitud positiva frente a los desafíos y mejora el estado de ánimo.
Es importante recordar que la deshidratación no se produce solo cuando estamos haciendo ejercicio. Aun estando en reposo corremos el riesgo de que el organismo baje su nivel de líquidos, porque los órganos siguen consumiendo el agua que hay en los tejidos.
Por todos estos motivos, instalar fuentes y dispensadores de agua es una buena inversión para aumentar la productividad del personal, tanto si sus tareas son físicas como si realizan un trabajo mental como los que están en una oficina. Incentivar que beban los 2 litros de agua al día como mínimo evitará que algún problema afecte a su rendimiento. Es una inversión en bienestar.
