La cena, tanto de los mayores como de los niños, debe ser ligera, pero no por ello deja de ser una comida importante. Pero que sea liviana no significa que no tenga que ser lo suficientemente nutritiva. Además, las cena cumple una función complementaria con el resto de comidas, ya que es el momento ideal para ingerir aquellos grupos de alimentos que no se han tomado durante el día.
¿Cómo deben ser las cenas saludables para niños? Conseguir que nuestros hijos tomen una cena de calidad, que aúne un buen sabor con una aporte nutricional suficiente, y que además sea liviana para evitar problemas de digestión no es, en principio, complicado.
Eso sí, es necesario seguir una serie de claves para no caer en errores que, de convertirse en hábitos, pueden acarrear problemas de diversa consideración: dificultades ara dormir, sobrepeso, colesterol alto, hipertensión, diabetes y otras enfermedades de consideración.
Las claves de una cena ideal para niños
- La cena debe aportar las calorías y nutrientes necesarios para el organismo, pero de un modo complementario y en una cantidad inferior comparada con lo que los niños han tomado en el desayuno y la cena. Si se quedan al comedor escolar, es fundamental revisar lo que han tomado (el menú general y lo que el niño o niña ha comido realmente) para, en el caso de detectar un déficit de alguna categoría de alimentos, dárselo durante la noche.
- La cena debe ser ligera para evitar digestiones pesadas y, a ser posible, tomarla unas 2 horas ante de mandar a los niños a la cama.
- Se debe procurar cocinar al vapor o a la plancha, evitando los fritos.
- Comer en cantidades pequeñas y evitar alimentos grasos y también un exceso de carbohidratos.
Ejemplo tipo de una cena ideal para niños
- Un primer plato que incluya verduras, que pueden ser tanto cocidas como crudas. Si al niño no le gustan demasiado (algo muy habitual) podemos prepararles las verduras rellenas de algo que le guste (como carne de pollo por ejemplo) o con una presentación divertida: brochetas, cortadas en formas geométricas, formando caritas, etc. Si el niño ya ha comido suficientes verduras durante el día, el primer plato puede estar compuesto de arroz o pasta en cantidades moderadas.
- Los segundos platos, que no deben ser muy abundantes, pueden estar compuestos, por ejemplo, de croquetas de pollo, pavo o salchichas. En todo caso, también hay que tener en cuenta lo que el niño haya comido al mediodía para no repetir ingredientes ni tipos de alimentos.
- Como postres, le podemos dar al niño algo ligero como frutas frescas o un yogur. Los helados o dulces los debemos reservar para días festivos o especiales.
- Plato único. Otra opción es preparar un único plato con una amplia variedad de alimentos: verduras, pescado, pollo, etc.
Además de la cuestión estrictamente alimentaria, las cenas tienen un importante componente social, sobre todo, familiar, ya que muchas veces es la única comida de día donde nos podemos sentar todos juntos en la mesa. Por lo tanto, no hay que desaprovechar esta oportunidad para estrechar lazos y hablar sosegadamente de los acontecimientos ocurridos durante el día. Post relacionados: