Conocer el proceso de reciclaje nos acerca más a saber por qué tiene tanta importancia para nosotros y tomar las medidas adecuadas para que este sea mucho más eficaz. Sobre todo teniendo en cuenta que, según los últimos informes, aún se recicla menos de la mitad de los residuos recuperables, de modo que falta todavía bastante trabajo por hacer.
El proceso de reciclaje define a las acciones de recogida de determinados productos, que de no ser recuperados de forma adecuada se convierten en residuos. Algunos de estos son materiales como el cartón, la madera o los plásticos, que pueden convertirse en nuevos productos con el tratamiento adecuado.
El reciclaje es esencial por muy diversos motivos. Entre ellos se encuentran los económicos, ya que la recuperación de materiales ayuda a ahorrar en buena medida. Pero los más importantes tienen que ver con el cuidado y la protección de nuestro entorno. Estas son algunas de las razones por las que el proceso de reciclaje es fundamental en nuestra sociedad:
El proceso de reciclaje varía en función del tipo de material que se quiere recuperar, aunque siempre comienza con la separación y clasificación, para facilitar el resto de tareas.
El material se mezcla con agua en una máquina llamada pulper, junto a aditivos para blanquear y dar resistencia al material. Se retiran todos los elementos no deseados (grapas, tinta, etc.) y se forma una pasta. Esta pasta se tira por un tamiz y se pasa por bobinas de secado, hasta obtener papel reciclado.
El plástico se lava, troces y vuelve a lavarse. Se separa por colores y calidad, para usarlo como materia prima mediante inyección o extrusión.
También se puede reciclar mediante procesos químicos para obtener moléculas de plástico que se reutilizan como materia prima.
El vidrio puede reciclarse de forma eterna sin que pierda propiedades. Se separa por colores, se limpia y se tritura. El resultado se funde y se le añaden una serie de elementos minerales, con los que se pueden hacer productos nuevos.
Si se puede volver a usar, la ropa y los zapatos se usan de forma habitual. Las prendas que no pueden reutilizarse se deshilachan para convertirla en otros productos como mantas, trapos o material para insonorizar. Si tampoco es posible, se llevan a una incineradora para que se pueda usar como combustible para generar energía.
Todos los residuos orgánicos se pueden reciclar de forma natural convirtiéndolos en abono para la agricultura.
Las pilas y baterías usadas son muy dañinas para el medio ambiente, y tienen que someterse a un proceso muy delicado de separación de materiales. Cada uno de ellos se recicla o trata en función de su naturaleza.
Pueden ser mezclas de metales o solo un material, férrico y no férrico. Los férricos tienen hierro, como es el caso del acero. Algunos de los no férricos son el bronce o el aluminio.
Los metales se separan de forma mecánica, se clasifican mediante campos magnéticos y se trituran para llevarlos a fundir y usarlos de nuevo.
Este es en resumen el proceso de reciclaje de los diferentes residuos, una labor fundamental en la que todos podemos colaborar.
-min.png)
