Dentro de los planes de tratamiento, recuperación y reciclaje surge la figura del gestor de residuos, fundamental debido al papel que juega en la gestión adecuada de los residuos que se generan hoy en día.
No obstante, existe bastante confusión respecto a quién es este gestor, así como las funciones que desarrolla en el tratamiento de los residuos y el cuidado del medio ambiente. De esto es de lo que hablaremos aquí.
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Según marca la ley vigente sobre residuos, un gestor de residuos es un individuo o una entidad de carácter público o privado, que ha sido registrada y autorizada para encargarse de las operaciones en las que está envuelta la gestión.
Cabe destacar que no es necesario que el gestor sea quien produce los residuos, por lo que se puede dejar en manos de otros este tipo de funciones.
Por gestión de residuos se entiende todo el proceso que envuelve el correcto tratamiento de estos, como recoger, trasladar y aplicar las medidas necesarias para que los residuos no supongan un problema a corto, medio o largo plazo. También implica la vigilancia de todos los puntos del proceso, incluso las tareas de mantenimiento de los vertederos que se han sellado una vez que ha terminado su vida útil.
Las funciones que debe desarrollar un gestor hacen que sea necesario que el sector esté profesionalizado. Se pueden destacar al menos 6 aspectos en los que los gestores de residuos deben cumplir sus funciones:
Realizar el tratamiento de los residuos del modo en el que se ha previsto cuando ha sido autorizado, y registrar de forma documental el proceso para demostrar que ha sido así.
Hacer una correcta gestión de los residuos que se hayan generado.
Recogida y transporte de los residuos, conforme a la normativa establecida en función del tipo, peligrosidad, etc.
Etiquetado y envasado de residuos peligrosos durante todo el proceso de carga, transporte, descarga y almacenamiento o tratamiento.
Entrega de residuos a empresas autorizadas para realizar las funciones de tratamiento, con acreditación de que han sido entregados a ellas.
Mantenimiento de residuos en condiciones óptimas cuando están almacenados, conforma a lo indicado en la autorización como gestor de residuos.
Uno de los objetivos principales del gestor de residuos es que se pueda acreditar su trazabilidad durante todo el proceso.
La trazabilidad de los residuos son los procedimientos que permiten saber de dónde viene, qué recorrido ha hecho y los puntos por los que ha pasado a lo largo del proceso de gestión.
Esta es una de las funciones principales del gestor de residuos, documentar cada uno de los pasos que da un residuo desde su recogida en origen hasta el destino final. De este modo se puede revisar su historia y conocer todos los detalles desde su generación hasta el final de su vida.
En este proceso no tiene por qué haber un solo gestor de residuos, ya que puede haber alguien encargado de hacer la recogida y transporte, y otro gestor responsable de recibir, almacenar y aplicar el tratamiento, entre otros.
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