A menudo el ajetreo de la rutina no nos permite pasar mucho tiempo en la cocina; sin embargo, no estamos dispuestos a renunciar a una alimentación saludable y que sorprenda a nuestros invitados.
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1) Hummus suave
Se compone de puré de garbanzos y zumo de limón, y se suele servir como aperitivo o acompañamiento. El hummus es la comida perfecta: es una bomba de proteínas y fibra. Puedes untar en él palitos de pan si se trata de un aperitivo saludable, o untarlo en una rebanada de pan (o un sándwich). Para hacerlo tú mismo, solo coloca unos pocos ingredientes básicos (garbanzos, pasta hecha con semillas de sésamo, ajo, jugo de limón y sal) en la licuadora y procésalos.
2) Sopa de verduras
Cuando hace frío, una sopa de verduras es el plato más delicioso del mundo, y es ideal para dietas con fibra. Esta receta puede incluir, aparte de las verduras, un poco de panceta y de corteza de parmesano. También se le pueden añadir proteínas como el pollo.
Lo mejor de esta sencilla y rápida receta es que no tiene recetacomo tal: ¡puedes cortar las verduras que a ti te apetezcan o que tengas a mano! Saltea las verduras en aceite de oliva en una olla grande (con el condimento que elijas) y añade caldo. Llévalo al punto de ebullición. Si lleva pollo, debe saltearse primero, antes que las verduras. Deja que se cocine 20 minutos aproximadamente. Si quieres fideos, prepáralos por separado y añádelos al final.
3) Smoothie
Los smoothies son una forma fácil de condensar muchos nutrientes a la vez, a la par que son sabrosos y una auténtica delicia (muy refrescantes). Ya sea un smoothie verde, un smoothie de frutas de la estación, la clave es asegurarte de que tienes una combinación de frutas, vegetales y proteínas para que el resultado esté balanceado y sea sabroso. Da rienda suelta a tu imaginación en la cocina cuando prepares un smoothie: puedes combinar los ingredientes que te apetezca y agregar el líquido que te parezca más adecuado (agua, leche o substitutos). Esta receta no necesita azúcar, pues los jugos naturales de las frutas ya son dulces de por sí y no es sano abusar del azúcar.
4) Verduras asadas crujientes
Una de las formas más sencillas y seguras de cocinar verduras, es asándolas. Enciende tu horno a 232 grados y pica tus verduras, cortando en pedazos más pequeños las más duras, y en pedazos más grandes las más blandas. Colócalas todas con un poco de aceite de oliva y sal, y extiéndelas sobre 2 bandejas para hornear; no las amontones, y ásalas durante 30 minutos aprox., o hasta que tengan el aspecto que tú desees. Las verduras asadas se pueden mezclar con pasta, con una ensalada o comerlas solas. ¡100% saludables en todas sus formas!
5) Ensalada de frutas
La fruta es un alimento base en cualquier dieta sana: tiene azúcar, vitaminas y nos alimenta sin grasas, además de alargar nuestra vida. Hay mil formas de preparar una exquisita ensalada de frutas, pero no basta con trocear frutas al azar y echarlas en un bol. Ante todo, escoge buena fruta: elige la fruta de la temporada, y planea con qué otras frutas podría combinar o por el contrario contrastar en su sabor. Una vez tenemos bien diseñada la combinación de frutas (mucha cantidad de frutas no significa mucha calidad en el resultado), las troceamos y las aderezamos. En el aderezo se encuentra la clave para disfrutar de esta comida exquisita y saludable: lo más típico (y muy sabroso) es la combinación de jugo cítrico, hierba fresca y miel o almíbar. Como puedes ver, son recetas sencillas, con ingredientes muy económicos (lo que tengas en la nevera sirve) y que no te robarán mucho tiempo en la cocina. Pon en práctica estas ideas y disfruta de una alimentación diaria saludable, sencilla y lista para disfrutar en muy poco tiempo. Post relacionados: