Una de las principales causas de contaminación es el aumento de los residuos que se generan en las casas. Se habla mucho de reducir estos residuos domésticos, aunque a veces se desconoce a qué nos referimos en concreto cuando hablamos de este tipo de residuos, así como la categoría a la que pertenecen en función de su naturaleza.
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El concepto de residuos domésticos está establecido por ley desde hace años. En concreto, la ley 22/2011 de Residuos y Suelos Contaminados indica que se trata de aquellos que se generan debido a actividades domésticas, tanto en los hogares como en la industria.
También entran dentro de este grupo los dispositivos electrónicos, baterías, ropa y otros enseres. Así como los residuos que se producen cuando se hace una reforma o reparación.
Animales muertos, restos de limpieza en jardines y coches abandonados se clasifican como parte de los residuos domésticos.
Los residuos domésticos se pueden clasificar en 5 subcategorías en función de la composición que tengan:
Se trata de aquellos restos procedentes de cocinar y alimentarse, como las sobras de comida o peladuras. No contaminan porque su degradación es muy rápida y se convierten en abono.
Todo lo que puede tener una nueva vida tras su uso entra en esta categoría. Hablamos de vidrios, papel, plásticos o metales, entre otros. Dependiendo de su naturaleza tienen un contenedor específico.
Todo lo que se genera con la construcción, como escombros, ladrillos, suciedad y otros elementos.
Fabricados con componentes de varios materiales, como las fibras con las que se hace la ropa o los juguetes con mezcla de plásticos.
Son los residuos domésticos que tienen una toxicidad, tales como los medicamentos, barnices y pinturas, tubos fluorescentes, pilas, botes de aerosol, etc.
Si los residuos domésticos se recogen de un modo inadecuado, se pueden producir efectos adversos en el medio ambiente. Algunos de estos efectos son:
Que generemos residuos no quiere decir que tengamos que resignarnos a que el volumen de estos aumente. De hecho, además de una buena clasificación para proceder al correcto tratamiento, es importante hacer todo lo posible por poner en práctica las 3R, entre la que destaca la reducción por ser pieza clave en las otras dos, reciclaje y reutilización.
Si todos ponemos de nuestra parte, lograremos hacer de este un planeta más habitable y limpio para las futuras generaciones.
