Sé más productivo con estos ejercicios de atención

Bienestar en la oficina


¿Qué es la atención?

La atención es un proceso cognitivo cuya función es escoger qué estímulos nos interesan captar, obviando aquellos que lo único que hacen es distraernos. Desafortunadamente, los problemas personales o familiares, y a veces el propio miedo al fracaso, nos impiden enfocar la atención en lo que queremos, lo cual influye negativamente en nuestro rendimiento laboral o en los estudios.

 

 

 

Ejercicios que mejoran la atención

La buena noticia es que existen una serie de sencillos ejercicios que, convenientemente trabajados y entrenados, pueden ayudarnos a mejorar mucho nuestro nivel de atención.

Veamos ahora algunos ejemplos.

  • Encontrar nuestro propio estilo de atención. No todo el mundo fija igual la atención, algunas personas ponen en el enfoque en algo muy concreto y específico, mientras que otro necesitan establecer su atención en temas un poco más amplios. Ningún método es mejor que otro, simplemente tenemos que encontrar nuestro propio estilo y sacarle el máximo partido.
  • Contar mentalmente. Gestos mecánicos como contar objetos, sirven para alinear y centrar nuestro cerebro en lo que nos interesa, expulsando de nuestra mente todo aquello que estorba.
  • Analizar un objeto. Si nos cuesta concentrarnos en una tarea, una buena estrategia es fijarnos muy bien en un objeto, analizando sus formas y colores. Seguro que después nos concentraremos mucho mejor en lo verdaderamente importante. Una variante es primero fijarse en el objeto y, a continuación, también en lo que lo rodea directamente.
  • Anticiparse a la acción. Se trata de visualizar, eso sí con mentalidad positiva, lo que queremos lograr, los pasos para conseguirlo y, finalmente, el triunfo final o la acción correctamente realizada.
  • Ejercicios de respiración. También son altamente efectivos, Se trata de inspirar y expirar a un ritmo normal manteniendo toda nuestra atención en dicho proceso. Si lo hacemos bien, lograremos un estado emocional neutro y placentero.
  • Reducir los movimientos. Se trata de imaginar que nos encontramos en una especie de burbuja que nos hace ir al ralentí. Todo lo hacemos mucho más despacio de lo normal: vestirnos, arreglarnos, comer... Está demostrado que este ahorro de energía es muy positivo a la hora de enfrentarnos, por ejemplo, a una reunión especialmente importante.
  • Conectarse a éxitos anteriores. Se trata de identificar algún tipo de estímulo, por ejemplo una canción o una escena de una película, que nos conecta muy directamente a recuerdos de éxitos anteriores que hayamos vivido. Todos tenemos algún tipo de enlace de este tipo: solo es cuestión de encontrarlo y ponerlo en práctica. De esta forma, activaremos la energía positiva y lograremos un nivel máximo de concentración.

ejercicios relajación

Al margen de estos ejercicios, todos tenemos algunos tics personales, hábitos o costumbres que nos relajan y nos ayudan a concentrarnos. Puede ser escuchar nuestra música favorita, repetir una frase especialmente motivadora o cualquier otro método. Todo vale a la hora de fijar nuestra atención y concentrarnos al máximo.

Si logramos concentrarnos mejor nuestra cantidad y calidad del trabajo subirá muchos enteros, lo cual hará que ganemos en autoestima.

 

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