Conseguir una mejora significativa en el estado de nuestro planeta comienza con implantar en las generaciones futuras una conciencia ecológica. Un taller de reciclaje para niños es una excelente idea, ya que con materiales desechados se pueden construir objetos decorativos, instrumentos y otros útiles, fomentando en quienes participan una serie de conductas nuevas, de cara a la conciencia ambiental y la sostenibilidad.
Se pueden enumerar varios objetivos, que hacen de un taller de reciclaje para niños una opción más que divertida y educativa. Algunos de los propósitos de este tipo de talleres son:
Que los más pequeños descubran y valoren el conocimiento acerca del uso y aprovechamiento de diversos materiales.
Iniciar a los niños en aprender diversas técnicas o recursos.
Fomentar hábitos de orden, limpieza y respeto por el medio ambiente.
Que los niños reconozcan y aprendan acerca del uso de los diferentes objetos que se elaboran en el taller.
Poner al niño en situaciones que les hagan darse cuenta de las dificultades a las que se enfrenta, y que intente superarlas con la ayuda de sus compañeros, o con el monitor en caso de que fuera preciso.
Organizar talleres que atiendan las necesidades de los niños y niñas en cuanto a condiciones como la autonomía, comunicación, socialización, experimentos o relación con el medio ambiente y el cambio climático.
Favorecer que contribuyan a conservar el medio ambiente, reutilizando materiales que desechamos en nuestra vida diaria.
La lista de opciones que existen para entretener a los niños y enseñarles a reciclar es casi interminable. Estos son algunos ejemplos sencillos e ideas con las que se puede comenzar:
La clasificación de residuos es fundamental para el reciclaje, por lo que se puede empezar organizando un taller que muestre los diferentes contenedores en los que se tira la basura. Estos se separan en 5 grupos:
Azul: Cartón y papel.
Verde: Cristales y vidrios.
Amarillo: Plásticos, bricks y envases metálicos.
Gris: Residuos orgánicos como restos de comida, plantas, corchos, tierra, colillas de cigarrillos, ceniza, etc.
Otros: Aceites, pilas, juguetes rotos y enseres. A menudo son de color naranja, pero no siempre es así.
Se puede hacer a modo de juego de memoria. Por ejemplo haciendo tarjetas con dibujos de residuos y cajas de colores correspondientes al contenedor donde encaja cada uno.
Con papel y cartón se puede hacer un taller infantil de papel reciclado. Solo se necesita una licuadora y agua para triturarlo y hacer pasta de papel, extenderlo con cuidado sobre una superficie secante y colocar algo de peso para que queda liso mientras se seca, con la precaución de que haya algo que proteja por encima también. Así de sencillo.
Las botellas de plástico se pueden convertir en coches, cestas, jarrones de flores y muchas otras cosas. Solo hace falta un poco de imaginación y paciencia para darle forma.
Los talleres de reciclaje para niños se pueden organizar tanto en el entorno escolar como en casa. Es una buena manera de pasar la tarde en familia, o como actividades extraescolares. Concienciar, educar y entretener es posible de una forma amena y sencilla.
