De un modo muy simple y sintético, una nómina puede definirse como el justificante de pago de un sueldo por parte de una empresa a un empleado a cambio de su trabajo. Lo que ocurre es que, en la práctica, las nóminas constituyen un modelo más complejo, con una serie de datos de gran importancia en la relación trabajador-empresario, como son: lo que la empresa paga por el empleado a la Seguridad Social, las retenciones del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) o los diferentes conceptos salariales o no salariales.
La nómina es un documento que está regulado por Ley tanto en su formato estándar como en los contenidos mínimos obligatorios. Hasta ahora, una nómina debía incluir, obligatoriamente y como mínimo, los siguientes datos o información básica:
Desde mediados del año 2015 es obligatorio utilizar un nuevo formato que introduce un cambio importante:
Es obligatorio que aparezca en la nómina la cotización a la Seguridad Social que realiza el empresario.
Este dato antes no venía reflejado y es importante ya que permite conocer exactamente el coste total que le supone para una empresa la contratación de un empleado.
Además de los contenidos obligatorios, para que una nómina cumpla con los requisitos legales y sea entendible y útil para todas las partes interesadas debe tener la siguientes características:
La nómina es un documento importantísimo, problablemente uno de los más importantes de cualquier empresa, porque supone una garantía de que el acuerdo básico entre los trabajadores y la empresa se está cumpliendo: un salario a cambio de un trabajo o servicio.
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