La acumulación de residuos se está convirtiendo en un grave problema que se debe combatir. Si no se presta la debida atención, la situación no hará sino empeorar, y llegar a límites irreversibles. Algunos de ellos son potencialmente peligrosos, mientras que otros no llegan a ser más que una molestia, pero también se deben tratar de modo adecuado. Vamos a hablar de los tipos de residuos que existen, y de qué hacer para gestionarlos de forma segura.
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¿Qué es un residuo?
Se denomina residuo a todo material producido por la actividad humana, destinado a desecharse. La ley determina los tipos de residuos en función de una lista de categorías, que marcan la pauta para su eliminación recuperación o tratamiento.
Tipos de residuos
Las principales categorías en las que se engloban los residuos son:
Se trata de la basura que genera un hogar, una oficina o comercio en su actividad habitual. También se consideran RSU los derivados de limpiar zonas públicas, animales muertos, muebles enseres y los vehículos que están abandonados en la calle. En el caso de las obras, los escombros y restos de materiales también entran en la categoría.
Dentro de esta categoría, podemos hacer una subdivisión:
- Residuos inertes. Todos aquellos que no sean un peligro para el medio ambiente.
- Parecidos a RSU. Como los desperdicios de comedores, edificios de oficinas, etc.
- Residuos peligrosos. Aquellos que debido a su composición o a alguna característica concreta exigen ser tratados de un modo especial para no poner en riesgo a los seres vivos o al planeta. También se consideran peligrosos los envases en los que se ha almacenado.
Los que provienen de actividades como la ganadería, agricultura, pesca, industria alimentaria o explotaciones en bosques y espacios forestales, como la tala o la industria del papel.
Los restos de trabajos en laboratorios de investigación clínica o farmacéutica, así como hospitales y otros centros relacionados con la medicina o la salud.
Materiales que producen emisiones radiactivas, como los restos de centrales nucleares o similares.
Cómo se deben gestionar los distintos tipos de residuos
El tratamiento de los diferentes tipos de residuos está regulado por ley, y dependiendo de a qué grupo pertenezca, se debe actuar de diversas maneras para su adecuada gestión y eliminación. El objetivo es reducir la peligrosidad de estos, recuperarlos para ser reciclados, producir energía o reducirlos hasta que sean más fáciles de tratar.
Uno de los métodos más habituales de gestión consiste en la recolección de cada uno de ellos, el traslado a un vertedero adecuado y su posterior tratamiento. El modo de hacerlo varía según países y zonas.
Por ejemplo, En España se pueden ver desde los contenedores de plástico hasta sistemas neumáticos de aspiración, pasando por plantas de transferencia. En otros sitios, sobre todo los que están poco poblados, no cuentan con un sistema organizado de recolección.
Australia suele llevar la basura a vertederos, dada su gran extensión y poca densidad de población. Sin embargo en Japón, donde tiene poco terreno y muchos habitantes, apuesta por incinerar los residuos.
También hay puntos de recogida de determinados residuos como pilas, aceite usado o electrodomésticos. Es fundamental utilizar los adecuados, con el fin de poder eliminar los riesgos que suponen los distintos tipos de residuos que generamos los seres humanos.