Contar con un buen programa de incentivos es fundamental para mantener y mejorar de manera continua y progresiva el nivel de productividad y calidad del trabajo de las empresas. Aunque los expertos consideran que, para que sean realmente efectivos, es necesario combinar los incentivos económicos con los no monetarios (recompensas morales, fomento de la salud y bienestar de los empleados, cuidar el clima laboral) es indudable que los de tipo monetario tienen mucha influencia y una gran valoración entre los trabajadores.
Por qué son importantes los incentivos económicos: sus ventajas
Algunas de las razones por las que los incentivos salariales son un recurso eficaz para motivar a los trabajadores de la mayor parte de empresas y negocios son las siguientes:
- Los incentivos permiten ligar los esfuerzos de los empleados con objetivos específicos, lo que proporciona una motivación adicional ligado a metas concretas, claras y medibles, las cuales producen importantes beneficios para los trabajadores y la organización.
- Son fáciles de gestionar, cuantificar, seguir y monitorear, ya que la compensación se relaciona directamente con el desempeño de la actividad. El sistema es claro: si se cumplen unos objetivos precisos de carácter operacional (calidad del producto o servicio, número de ventas...) se pagan los incentivos de forma proporcional y en caso contrario, es decir, sino se logran las metas fijadas, directamente se retiran.
- Pueden servir para potenciar el trabajo en equipo, puesto que también existe la posibilidad de implantar incentivos colectivos en función de resultados grupales.
- Bien planificados y calculados, constituyen un método justo de distribución de los beneficios de una empresa entre los diversos responsables de los éxitos.
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Tipos de incentivos monetarios
Los incentivos monetarios hacen siempre referencia al importe económico que percibe el profesional por su trabajo, existiendo diversos tipos: Sueldo: Punto básico de la remuneración. Corresponde al salario estándar que recibe un empleado a través de su nómina, normalmente de carácter mensual. Bonos: Es un tipo distinto de beneficio económico, que normalmente complementa al sueldo: primas anuales, planes de pensiones, préstamos en condiciones ventajosas, complementos de sueldos, bonificaciones, planes de pensiones, reembolso de servicios médicos o medicinas, etc. Comisiones: Es el tipo de incentivos más habitual entre los comerciales y vendedores. En este caso, el profesional recibe un porcentaje fijado previamente sobre cada producto vendido o servicio contratado por cada nuevo cliente. Incentivos por producción. Se conceden aumentos en función de una serie de logros de carácter cuantitativo: por lo general, por unidades de producción. Estos incentivos pueden ser individuales, por grupos o equipos o una combinación de ambos. Méritos: Algunas empresas conceden aumentos según el mérito (interés, valía, competencias) de cada empleado. Cabe reseñar que, para que realmente sean efectivos, los programas de incentivos diseñados por las empresas deben tener una serie de requisitos: combinar incentivos monetarios con no monetarios, ser claros, concretos y fáciles de entender por los trabajadores y también han de ser beneficiosos tanto para los trabajadores como para la empresas. Por último, tienen que resultar realmente motivadores para los empleados, fomentando su productividad. Post relacionados: