Cada vez hay más empresas que ofrecen a sus empleados diversas soluciones para mantener un estilo de vida saludable durante las horas que pasan en su puesto de trabajo, ya que han descubierto que el bienestar de sus trabajadores no es solo beneficioso para las personas sino también lo para la empresa.
Los empleados con un mejor estado de salud faltan menos al trabajo, ya que sufren menos enfermedades, por lo que no incrementan el porcentaje de absentismo en la empresa, y a la vez mejoran su productividad y motivación. En definitiva, estos son los empleados que generan menos costes para la empresa y que, por lo tanto, resultan más rentables y, claro está, aumentan su productividad.
Si se tienen en cuenta estas premisas, queda claro que beber agua durante la jornada laboral es uno de los modos más económicos y efectivos de mantenerse en óptimas condiciones tanto físicas como psíquicas durante la realización de las tareas asignadas. Además, ofrecer agua a los trabajadores les reporta beneficios tanto a corto plazo, haciendo que rindan más en el momento, como a más largo plazo, evitando el desarrollo de enfermedades graves, por lo que el agua puede traer mejoras constantes en la oficina.
Por otro lado, en la actualidad, ya nadie duda de que la falta de actividad física es uno de los problemas más graves de salud con los que se enfrenta la sociedad moderna.
Los especialistas recomiendan realizar un mínimo de 30 minutos de actividad física al día, aunque hoy en día, con las largas jornadas laborales a las que muchas personas se someten, a menudo resulta difícil encontrar el momento adecuado para realizarlo.
Sin embargo, existen una serie de ejercicios sencillos que se pueden hacer sin demasiado esfuerzo incluso en el lugar de trabajo y que, sin duda, resultan muy beneficiosos para la salud y que hacen que uno se sienta cada vez mejor consigo mismo, una mejora constante que puede repercutir también en una mejora constante y progresiva de su rendimiento laboral, lo que se convierte en una mejora constante de la productividad de la empresa.
Con este fin, en la oficina, tanto empresarios como empleados deben recordar la importancia de moverse y tomarse un tiempo, aunque sea reducido, para ejercitarse.
Basta con realizar pequeños paseos durante la pausa del mediodía, por ejemplo, o bien utilizar las escaleras en vez del ascensor. Una opción para los trabajadores que tienen su oficina en un edificio alto y que tienen que utilizar el ascensor, consiste en salir de éste algunos pisos antes y subir el resto caminando. Además, al ejercitar el cuerpo, se activa y energiza también la mente, por lo que gracias a estos pequeños ejercicios físicos, se pueden conseguir grandes avances en la empresa.
De aquí, la gran importancia, además de beber agua con regularidad, como se citaba en el principio del post, de hacer pequeños ejercicios físicos para mejorar de forma constante el bienestar y productividad en la oficina.
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