Una alimentación equilibrada es fundamental para llevar una vida saludable y rendir adecuadamente tanto en los estudios como en el trabajo. Sin embargo, diversos estudios certifican que más del 60% de las personas, en especial los niños, no toman las porciones diarias de fruta, verdura legumbres o pescado que precisarían semanalmente.
También es muy habitual abusar de los platos precocinados del tipo empanadillas, croquetas, bollería y postres industriales. Por el contrario, se observa un déficit de cereales integrales, unos desayunos insuficientes y desequilibrados. La merienda tampoco sale bien parada, siendo demasiado habitual caer en un exceso de refresco, zumos de frutas, dulces y galletas.
Un libro contra los malos hábitos alimentarios
Qué cómo y por qué. Nueve claves para una alimentación familiar saludable (RBA editores) es el título de último libro sobre alimentación de la pediatra Susana Domínguez. Consciente de los muchos errores y malos hábitos presentes en los hábitos alimentarios de muchas familias españolas, la autora desvela un total de nueve claves y sencillos trucos para mejorar nuestra alimentación:
- Basar la alimentación en frutas, verduras y hortalizas. Tienen que estar presentes como entrante, primer plato o acompañamiento en todas las comidas. En las cenas, es recomendable acompañarlos de proteínas que se puedan asimilar fácilmente: huevos, pescado o carne blanca.
- Se debe tomar un mínimo de un litro de agua al día.
- Hay que ingerir alimentos ricos en omega 3, al menos dos veces por semana.
- La fruta es esencial en la alimentación. Se puede aprovechar la fruta fresca de temporada o desecada (higos, pasas, uvas, dátiles...) para edulcorar los postres.
- Incluir cereales integrales en el desayuno. Un truco es comprar panes de distintas harinas y formas y pedir que se los rebanen para disponer de las distintas variedades adquiridas.
- Utilice aceite de oliva . Potencia el sabor de los alimentos, es antioxidante, además contribuye a la salud digestiva y cardiovascular.
- Ser comedido en el uso de la sal. Muchos alimentos contienen ya sodio y no precisan que se les incorpore más sal. También se pueden utilizar hierbas aromáticas (albahaca, orégano, hinojo, pimentón, pimienta...) como substitutos de la sal .
- Planificar las comidas semanalmente. Para ello hay que procurar comprar todo lo necesario cuando se va al supermercado o la tienda de alimentación.
- Establecer una dieta lo más variada posible.
Según Domínguez, «lo primero que se descuida en las comidas es el sentido común» y el problema es que se ha perdido el interés por los platos de siempre, los de la cocida local.
Otro contratiempo es que, en gran media por la falta de tiempo por las obligaciones laborales, las recetas se han vuelto demasiado monótonas, casi todo lleva harina, queso y azúcar. Falta una pizca de originalidad y creatividad. Abundando los fritos y empanados que ocultan el verdadero sabor de la carne y del pescado. «Se han perdido los guisos de antaño», añade la experta.
La importancia de la planificación
La alimentación es una parte muy importante en nuestras vidas y fundamental para nuestra salud. Sin embargo, son muy pocas las personas que piensan y planifican los menús, por lo que se tiende a la improvisación y «se acaba tirando de menestra y croquetas congeladas, se consume más sal, grasas y azúcares, se tiende a picar y comer en exceso», denuncia Domínguez.
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